domingo, 26 de abril de 2015

Raúl Corralejo, su último paseillo. Una tarde para el recuerdo.

Hoy era una tarde especial, una tarde para recordar, de sentimientos, de momentos vividos, de anécdotas. Una tarde que mantendrá en la memoria del recuerdo Raúl Corralejo Muñoz. 

Hace pocos días que se cumplían años de su debut con caballos, no salieron las cosas como el hubiese querido años atrás y tomó la decisión de hacerse hombre de plata. 

Una dilatada y dura etapa que hoy ponía punto y final en la Plaza de Toros del Descubrimiento de la localidad onubense de Palos de la Frontera, y lo hacía como en las últimas temporadas a las órdenes de su matador, José Doblado. Hoy compartía cartel con Francisco Rivera "Paquirri" y David Fandila "El Fandi". 


Su último paseillo, su ultimo tercio de banderillas, su último par, su última vuelta al ruedo, todo ello en silencio, sin alamares, sin florituras, sin llamar la atención para ser más querido.


Llegó al patio de cuadrillas pasadas las 5 y 35 minutos de la tarde, con un terno verde botella y plata, el rostro serio, la mente puesta en la tarde, saludó a los que allí se encontraban y paso junto a su matador a la capilla, un rezo, unos minutos de soledad antes de hacer su último paseillo. Iban llegando las cuadrillas, los espadas de la tarde y él se mantenía al margen, como ausente, algunos saludos y concentración antes de que sonaran los clarines que anunciaban el inicio de la tarde y del paseillo. 



Rompía el paseillo, estirar y capote en mano comenzaba su tarde, una tarde de sensaciones, de recuerdos, de capacidad, de ..., aún quedaban dos toros para que le tocara su turno, lidiaba el primero y banderilleaba el segundo. 


Su mujer, sus hijos, sus amigos, todos estaban presentes en esta tarde tan importante, no se guardo nada y lo dio todo con capote y rehiletes, pendiente siempre de su matador y al quite de cualquier compañero. Y no ha sido solo esta tarde, lo hizo toda su carrera, toda su vida, porque uno es y seguirá siendo torero, pase lo que pase. 


Cortaba doble trofeo su matador, José Doblado en el que cerraba plaza, vuelta al ruedo, capote de paseo en la mano, lágrimas en su ojos, su familia en la grada, sus amigos y todos los que siempre le han respetado, lo seguirán haciendo, porque hoy ha sido una tarde de alegrías, de triunfo y de recuerdos, y a buen seguro que todos ellos recordarán esta tarde del 26 de abril de 2015. 


Mucha Suerte Raúl, a seguir luchando en la vida. 

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