Corrida del Domingo de
Resurrección. Así lo han contado los medios.
Salió el toro de Madrid y vimos
el toreo bueno. Para que luego intenten colarnos los taurinos y sus acólitos
mediáticos el fraude del becerro con el argumento de que es el que
"sirve". Y con el toro, Eugenio de Mora ha dado un auténtico recital.
Al tremendo ejemplar de violencia y tarascadas que abrió plaza se cruzó de lo
lindo y cuajó el derechazo profundo y el natural firme. Pero en el cuarto, de
bella lámina, encandiló con un toreo relajado, de belleza singular en los
naturales relajadísimos y una tanda de redondos majestuosa, venciendo con
temple la poca fuerza del toro. Oreja de mucho peso que en San Isidro, con un
público más festivalero, habrían sido dos.
Pepe Moral ha tenido la suerte de
espaldas, con un lote infumable, pero dejó una estocada para el recuerdo en su
primer toro.
Otro artículo (de La Vanguardia).-
Oreja para Eugenio de Mora, que reverdece laureles en Las Ventas.
No existe mejor día en el calendario
que un Domingo de Resurrección para renacer, taurinamente hablando, y demostrar
que cuando se lleva el toreo bueno dentro no se olvida nunca por muchos años
que pasen en el ostracismo.
Eugenio de Mora resucitó hoy en
Madrid, y no sólo porque cuajara al único toro con opciones de un deslucido
encierro de Martín Lorca, al que cortó una oreja, sino porque volvió a mostrar
el concepto que enamoró a finales de los 90 y que hoy reverdeció laureles en la
misma plaza que le encumbró hace ya 20 años.
Ficha
del Festejo
Toros de Martín Lorca (primero, cuarto y quinto) y Escribano Martín (segundo, tercero y sexto). Desiguales.
Eugenio
de Mora, ovación / oreja.
Pepe
Moral, ovación / silencio.
Víctor
Barrio, silencio / vuelta al ruedo tras petición.
Incidencias.- Casi
media plaza.
Galería
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