Sábado 24 de Octubre. Plaza de Toros de La Puebla del Río
(Sevilla). Con algo más de tres cuartos de entrada en tarde nublada y con
bochorno. Festival organizado por el matador de toros José Antonio Morante de
la Puebla en beneficio de Caritas. Cinco novillos de Zalduendo para Francisco Ruiz
Miguel, Ortega Cano, Vicente
Ruiz "El Soro", Morante de la Puebla y el novillero Daniel de la Fuente "Liqui".
Y para el toreo a caballo un novillo de El
Capea para Diego Ventura.
Francisco
Ruiz Miguel: Dos orejas
Ortega
Cano:
Dos orejas y Rabo
Vicente
Ruiz "El Soro": Dos orejas y dos orejas (al sobrero)
Morante
de la Puebla: Dos orejas y rabo
Daniel
de la Fuente "Liqui": Dos orejas y rabo
Diego
Ventura: Dos orejas y rabo.
Abría Francisco Ruiz Miguel con cinco verónicas profundas, empacadas y
con sabor a toreo añejo al igual que las chicuelinas al paso para dejar al de
Zalduendo en el caballo. Ya con la franela en la mano derecha demostró el de
San Fernando porque su nombre estará siempre ligado a la historia del toreo.
Varias tandas por ambas manos muy templadas y un arrimón final que recordó por
unos instantes a los de aquellas tardes en Madrid cuando el "maestro"
abría la Puerta Grande Las Ventas, concluía la lidia de un flojito, manso y
rajadito novillo de Zalduendo. Dos
orejas llena de toreo antiguo.
Pisaba de nuevo el ruedo, José Ortega Cano vestido con un traje color
café lleno de la elegancia que un tuvo el gran torero de Cartagena y que jamás
perderá aunque pasen los años. Tres verónicas de recibo una media y el quite
también por verónicas hicieron que el tiempo se parase en cada uno de los
capotazos. Con la muleta, "los Ángeles" se vistieron de torero para
templar, mandar y torear a un gran novillo de Zalduendo. Mano baja, toreo viejo
del que nunca se olvida por muchos años que uno no pise un ruedo. Por mucho que
hayan querido destruir a un hombre, jamás podrán destruir a un
"TORERO". Dos orejas y rabo.
Castaño, complicado y enrazado
salió el tercero. Delante Vicente Ruiz
"El Soro", sólo su nombre es sinónimo de "RAZA", dos
pares de banderillas en todo lo alto y el sacrificio de toda una vida luchando
por seguir siendo torero, le valieron para cortarle las orejas al toro. Poco
pudo hacer con la muleta. Pidió el sobrero el Valenciano, demostrando una vez
más, que esta gente no está hecha con los genes del resto de los humanos.
Invitó en banderillas a Morante y Ventura realizando un tercio lleno de emoción
y sin cañones establecidos mientras él sentado en una silla esperaba su turno,
para ponerle un par al quiebro en todo lo alto. Y dijo Ortega que él también se
sumaba a la fiesta, cogió las banderillas y de fuera a dentro se fue a la cara
del novillo y clavo en todo lo alto las banderillas. En el torero como todas
las artes, hay momentos en los que las leyes dejan de existir. Con la muleta en
la mano "El Soro" demostró el torero que fue un día y el torero que
seguirá siendo. Dos orejas a un
torero de pies a cabeza.
El más blandito y flojo de la
tarde le tocó en suerte a Morante.
Verónicas templadas, acompañando el cuerpo a cada vuelo del capote, lentas como
esa arena que cae de un reloj. Con la franela, caía cada muletazo con el temple
y despaciosidad que sólo es posible explicarlo en los tiempos del toreo, que
jamás equivalen al natural del ser humano. Dos
orejas y rabo.
Papelón tenía delante Daniel de la Fuente, después de lo
vivido durante toda la tarde. Y estuvo a la altura el joven novillero. Tandas
templadas y con empaque por ambas manos mostraron el buen hacer del discípulo
del de La Puebla. Dos orejas
Se lidio en último lugar uno de
El Capea para Diego Ventura, que
toreo a caballo como viene haciéndolo durante toda la temporada. Que forma de
torear a caballo. Gran faena la del rejoneador. Dos orejas y rabo.