El primer acto de la
programación cultural organizado por Pagés tuvo una gran asistencia
El primer acto de la
programación cultural que organiza la Empresa Pagés, titulado ‘El cartel más
sevillano’ y que tuvo como protagonistas a los toreros sevillanos Javier
Jiménez, Lama de Góngora y Pablo Aguado, llenó de aficionados la Sala Antonio
Machado de la Fundación Cajasol.
Presentado por el periodista y
director de Toromedia, José Enrique Moreno, el acto comenzó con una sonora
ovación a Pablo Aguado por asistir a la cita con gran entereza tras el
fallecimiento, hacía tan solo dos días, de su padre.
El punto de partida de la
charla fue la cita que estos jóvenes toreros tendrán en la Maestranza el
próximo 11 de abril. Abrió acto el primer acartelado, Javier Jiménez: “El
cartel ha caído muy bien en el aficionado de Sevilla y en el aficionado en
general. Somos toreros de la misma quinta, nos conocemos desde pequeños y nos
une una buena amistad. Y la ganadería de Torrestrella ha echado buenas corridas
en Sevilla en los últimos años”.
También se habló del privilegio
de torear en Sevilla: “Si ya es un privilegio ser torero, ser torero en Sevilla
es más que un privilegio y hay que intentar por encima de todas las
posibilidades disfrutarlo”, comentó Aguado. Por su parte Lama de Góngora
añadió: “Para mí es algo más que especial. Cuando te ves anunciado en Sevilla
hasta andas diferente por la calle, a mí me llena porque ya hace tres años que
no vengo a esta plaza”.
Como era de esperar, se habló
de la competencia en este cartel. Tres toreros, tres amigos y tres conceptos.
“Nos podremos llevar muy bien, pero el toreo es competencia y rivalidad. Cuanto
más cercano más quieres competir con él, eso me pasa con mi hermano y al final
me pasa con ellos también”, dijo Jiménez. Aguado por su parte argumentó:
“Lógicamente lo que uno quiere es triunfar tú y no tus compañeros, que seas tú
el que aparezca en los titulares al día siguiente y para ello es fundamental
tener ambición”. “Es cierto que al final cuando sale el toro no te acuerdas con
quién estás toreando, lo que quiere uno es solucionar su vida y disfrutar”,
añadió Javier. Lama de Góngora dijo: “La idea es que el apoderado tenga
trabajo. La competitividad es fundamental, pero lo que realmente busco no es un
triunfo de cuatro orejas, sino una faena a mi gusto que seguramente será del
gusto de la afición y que siempre se recuerde”.
“¿Qué buscáis?”, preguntó José
Enrique refiriéndose al triunfo interior o al cortar las orejas, a lo que
respondió Pablo: “Un cosa va unida de la otra, el fin es cortar las orejas y
que te vuelvan a poner, pero eso pasa primero por triunfar tú contigo mismo. No
debes buscar el triunfo numérico olvidándote del triunfo personal”. Por su
parte Javier Jiménez comentó: “Hasta que no maduras no te das cuenta, al
principio solo buscas el triunfo numérico y buscas lo material, pero al final
la vida es algo más espiritual y he descubierto que el mayor triunfo es
buscarme a mí mismo”.
Un torero no debe olvidarse de
dónde viene y por ello se cambió nuevamente de tercio y los tres toreros
hablaron de sus maestros y sus referencias. Comenzó Lama: “El maestro Pauloba
me enseñó comó entendía el toreo, Manuel Jesús ‘El Cid’ me enseñó la grandeza
del toreo y fue un aprendizaje diario. Después tuve la suerte de vivir en el
campo con el maestro Manzanares y fue una gran experiencia. En cuanto a los
toreros en los que me fijo son Morante, Enrique Ponce y José Tomás”. Pablo
Aguado también habló sobre sus referencias: “Soy mucho de ver muchos videos, de
ver el concepto antiguo e intentar aplicarlo, me fijo en Camino, la pureza de
Antoñete, Curro Vázquez, el concepto y la forma de Pepín Martín Vázquez y
Manzanares padre, que no habrá un torero que, aunque se en el pelo, no quiera
parecerse a él y si juntamos todo eso en una batidora a lo mejor seremos
capaces de dar algún pase”.
“Yo empecé con Luisito, que me
enseñó el concepto de entrenamiento que se tenía en su época, mucho sacrificio.
Luego cambié de apoderado y cambió la mentalidad, con Curro Vázquez era tener
más el toreo en la cabeza”, añadió. Javier Jiménez no quiso olvidarse de la
familia Espartaco: “No puedo olvidarme de ninguno de ellos, pero si no llega a
ser por el padre no hubiera sido torero, me enseñó la base del toreo”.
Para concluir el acto, los tres
diestros tuvieron palabras para Sevilla, para Lama: “No me atrevo a decirles
nada, a lo mejor gracias. Le quiero devolver delante del toro todo lo que me
han dado”. Aguado también quiso darle la gracias a la afición sevillana:
“Gracias porque en las tardes que no ha habido suerte me he visto arropado”.
Javier Jiménez también dio las gracias por el apoyo que tuvo cuando tampoco salieron
las cosas y añadió sobre el próximo 11 de abril: “va a ser una tarde muy
intensa por lo que nos jugamos los tres, nuestros amigos van a estar en la
plaza y la ganadería es buena”.
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