Paco Ureña, quien ha
reaparecido en Lima tras las dos operaciones a las que fue sometido tras los
percances del 4 de octubre en Madrid, ha salvado la tarde en Acho, casi cuando
las esperanzas estaban perdidas.
Descastado y deslucido ha
salido el encierro de Miura, que a punto ha estado con dar al traste un cartel
que la afición había recibido con verdadera esperanza, hasta que ha saltado el
último de la tarde, el único que ha permitido realizar el toreo de verdad, y no
la mera defensa, como el resto de ejemplares.
Tanto Rafaelillo como Manuel
Escribano han estado más que voluntariosos. El primero, ha podido dejar
esbozos, y Escribano, valor en banderillas y algún muletazo suelto. Los toros
no han permitido más. Tampoco ha sido fácil el tercero.
Para cerrar plaza quedaba
Ofensivo, al que Ureña ha visto posibilidades. Lo ha brindado al diestro
Joaquín Galdós, y hasta los medios se ha marchado con la muleta, para iniciar
con unas tandas por la derecha que han puesto boca abajo la plaza.
Al iniciar la tanda al natural,
el de Miura lo ha prendido de muy mala manera. El diestro se ha incorporado sin
mirarse la taleguilla, que ha quedado destrozada, y en la pura quietud le ha
robado muletazos muy ceñidos y vaciados bien atrás. Un pinchazo y estocada han
precedido a una petición mayoritaria, que el Presidente no ha tardado en
atender de manera favorable para el murciano.
FICHA
DEL FESTEJO
Plaza de toros de Lima. Segunda
corrida de la feria de Nuestro Señor de los Milagros. Tres cuartos de entrada.
Se han lidiado toros de la ganadería de Miura. Fuerte voltereta al subalterno
José Mª Manzano, de la cuadrilla de Rafaelillo, en el primero de la tarde. Es
trasladado a la enfermería. Ureña brinda el sexto a Joaquín Galdós, y es
prendido mientras torea al natural. Al parecer, sin mayores consecuencias que
el golpe y la taleguilla rota.
Rafaelillo:
palmas y palmas.
Manuel
Escribano: silencio y silencio.
Paco
Ureña: palmas y oreja.
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