EMILIO MOLINA SALE A HOMBROS EN
LA NOVILLADA MIXTA DE ALMONASTER LA REAL
Ante un buen encierro de El
Chaparral, Emilio Silvera realizó dos buenas faenas malogradas con los aceros.
Andrés Romero, sin suerte.
Plaza de Toros de Almonaster
la Real, con media entrada larga en los
tendidos, en tarde calurosa, se lidiaron novillos de El Chaparral, correctos de presentación en la primera parte, bien
presentados en la segunda, nobles, de buen juego en líneas generales,
colaboradores con los toreros, uno de ellos para rejones, para los diestros,
Andrés
Romero, tres pinchazos, estocada contraria y atravesada, pinchazo
y estocada baja, ovación
Emilio
Silvera, de añil y oro, tres pinchazos y estocada, ovación,
estocada y tres descabellos, oreja
Emilio
Molina, de verde botella y azabache, estocada, dos orejas, cuatro
pinchazos y estocada casi entera, ovación.
El sevillano Emilio Molina se convirtió en
triunfador de la tarde de la Feria de Almonaster la Real merced a una faena de
buen gusto y temple al templado novillo de la ganadería onubense de El
Chaparral, que hacía segundo de la tarde. El toro, con nobleza infinita seguía
los engaños con fijeza, y el diestro consiguió pasajes de buen toreo, sobre
todo por el pitón derecho, donde hubo más ligazón. Al natural, el novillo se
paró algo más. La estocada certera ratificó el triunfo y paseó las dos orejas.
El quinto de la tarde, el más descarado de la corrida, fue más exigente, y se
vieron más las carencias del novillero, que hoy hacía su debut con los del
castoreño. El novillo, encastado, embestía con codicia y repetición, faltando
acople en el trasteo del sevillano, que no acertó ni con las distancias ni con
la colocación. Además no estuvo certero con los aceros.
El onubense Emilio Silvera se topó con dos novillos
muy diferentes, en cuanto a su comportamiento, no a su nobleza. El que abrió
plaza llegó a la muleta sin fuerzas, y la faena fue de temple, despaciosidad y
suavidad en el toreo, que hicieron que el toro se mantuviera en pie. Ni un solo
tirón, pulseando la embestida despaciosa, con muletazos con empaque. La espada privó al diestro de obtener
algún trofeo. Y en el cuarto fue el
descabello el que negó la posibilidad de la puerta grande a Silvera. Un novillo
voluminoso y bien hecho, al que se le pegó fuerte en varas. En el último tercio
el novillero fue ganando en confianza con el utrero, existiendo ajuste en la
fase final de una faena que comenzó demasiado despegada. Hubo naturales de gran
belleza, sobretodo en la última tanda de la faena de frente a pies juntos. Como
ya hemos comentado, los continuos fallos con el verduguillo privaron al
novillero que paseara las dos orejas y que saliera a hombros.
El tercero de la tarde
correspondió en suerte al rejoneador escaceño Andrés Romero. Fue el novillo con menos cuajo de la tarde, y se
mostró reservón y esperando a que el caballero llegara a sus terrenos para
embestir con fuerza. No pudo resultar brillante la faena del rejoneador, que
además se demoró con los aceros de forma desagradable. Escuchó una ovación
cariñosa por parte del respetable.
Crónica y Foto.- Carlos Arroyo
No hay comentarios:
Publicar un comentario