Jesús
Enrique Colombo y Carlos Ochoa saludan una ovación en la novillada de la Feria
de Otoño.
Jesús Enrique Colombo, que se
despedía de Las Ventas como novillero, y Carlos Ochoa, que se presentaba como
novillero con picadores tras abrir la Puerta Grande en su etapa sin caballos,
saludaron una ovación en la novillada de la Feria de Otoño. Se lidiaron
novillos de El Ventorrillo, bien hechos, que en la primera parte se vinieron
abajo y en la segunda parte sacaron más temperamento. Destacó el sexto que fue
el mejor del encierro. También se despidió de Madrid como novillero Leo Valadez
que fue silenciado.
Carlos
Ochoa se presentó con una larga cambiada en el tercio. El novillo
burraco salió suelto en el recibo. El primer puyazo quedó trasero y ya en el
tercio de varas se vio que iba a durar poco. Brindó la faena a su apoderado
Rafael de Julia y tras colocarlo en los medios instrumentó dos tandas por el
derecho. El animal no humilló pero sí repitió. Por el izquierdo protestó más y comenzó
a venirse abajo. De vuelta a la derecha se arrimó, y se lo pasó por la espalda
pero el público pidió brevedad. Mató de un estoconazo y el novillo dobló
pronto. Saludó desde el callejón. Tras el sexto, que fue el más claro, salió al
tercio a saludar. El castaño empujó en las dos varas y se desplazó en la muleta
con fijeza. Ochoa había brindado al público para comenzar citando en los medios
con la derecha. Cuando le cogió el aire por el izquierdo fue volteado sin
consecuencias. Mató de media estocada y descabello.
Jesús
Enrique Colombo demostró sobrada capacidad con el capote y la
muleta en sus dos novillos. Un inicio torero con el primero de la tarde fue lo
mejor de una faena de más a menos por la condición del novillo al que le faltó
transmisión y se vino a menos. Hubo un final al natural con la derecha muy
templado que no llegó al público. Mató de estoconazo y no salió a saludar la
ovación desde el tercio. Anduvo variado con el capote de salida con el cuarto y
destacó el segundo par de banderillas al quiebro y el tercero hacia los medios
cuando el novillo apretó. Leyendo la tarde, no lo picó mucho y sacó fiereza en
el inicio de rodillas en los medios hasta que lo cogió sin consecuencias. Luego
de pie se le volvió a colar. El final por bernadinas tuvo riesgo pero pinchó
feo con la espada recibiendo antes de la estocada fulminante y saludar una
ovación.
Las verónicas de Leo Valadez fueron el comienzo de la
actuación frente al segundo, un novillo blando de manos que fue protestado por
esta condición. Hubo series al natural que no llegaron al público dada la
circunstancia. Estrecho y alto el quinto, le hizo un quite por lopecinas y
trató de acompasar, especialmente por el izquierdo, la embestida algo alocada e
incierta del novillo. Anduvo mal con la espada en ambas ocasiones.
Ficha
del Festejo
Novillos de El Ventorrillo de juego desigual
Jesús
Enrique Colombo, ovación / saludos tras aviso
Leo
Valadez, silencio / silencio
Carlos
Ochoa, palmas / ovación
Incidencias.- Dos tercios del aforo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario