martes, 29 de noviembre de 2016

Pedro Quintero "El Gallero". Artículos de opinión.

Juan Bautista Mojarro  
Qué duda cabe de que en la década de los cincuenta la Huelva taurina, incluso posiblemente  mucho antes, pasó por una etapa loable y de reconocida fama con buenos toreros, y mucha  culpa de ello la tuvo una extremeño de los Santos de Maimona, Esteban Luna Tardío, que  era entrador de carnes y negociante de pieles, porque sin ir más lejos, fue el fundador de una de las escuelas taurinas más importes de España, ubicada en la barriada de la Isla Chica, de donde salieron muy buenos toreros, como Manolo Roig ‘Niño de la Isla’, coetáneo y contemporáneo de Miguel Baez Litri.


El ‘Niño de la Isla’, a pesar de sus años, reparte su tiempo entre Huelva y Estados Unidos. En Huelva le podemos ver casi todos los días en la cafetería ‘Museo’ (calle Rico), y digo reparte su tiempo atravesando el Atlántico porque en Estados Unidos tiene un nieto director de un periódico.

Pues en la escuela taurina de la Isla Chica actuaron también Antonio Maestre, Laine, Bogotá, los hermanos Curro, Enrique Frigones, Paco el Galápago, Enrique Aguirre, Pedro Carreño (que lo mató un toro en Écija), Manuel Morales Quitín, etc. Y de la última hornada, el  malogrado Rafael Carbonell, que lo mató un toro en el coso de La Merced, Manuel Puga Pazos, Joselito Romero, José Conquero, Pedro Vargas, Antonio Borrero Chamaco, José García ‘Caramelito’, Javier Conde, Francisco Barroso y el torero de referencia, Pedro Quintero ‘El Gallero’, que dio el salto a la fama tras su intervención en la película ‘El Litri y su sombra’.

Pedro Quintero ‘El Gallero’, al que vemos y saludamos muchas veces por la calle Concepción, fue un torero estilista, sobrio y de nuestro barrio, el de Viaplana, al que conocemos desde la infancia. ‘El Gallero’ estuvo muy apoyado por Miguel Báez Litri, y éste, por mediación de la amistad que le unía con el ganadero de San Fernando Antonio Pérez, lo mandó a torear a Salamanca durante un buen tiempo, manteniéndose con su arte en las primeras escalafones.
A Pedro Quintero ‘El Gallero’ le tiraba el terruño, y pasaba más tiempo en su ciudad natal que las citas taurinas que tenía allende nuestras fronteras, aunque la sangre del toreo la llevaba en las venas, y es aún ahora y se sigue sintiendo torero.

Y en este sentido, nos comenta que “el torero es lo mismo que el cantaor, aunque se retire de los toros jamás deja de ser torero”. Pedro Quintero ‘El Gallero’ también realizó importantes festivales y novilladas por las plazas del norte de África, y matiza: “Miguel Báez Litri me ayudó mucho”.


Pedro Quintero ‘El Gallero’ asegura que tuve mucha suerte en el mundo del toro como activo, ya que no sufrió muchas cogidas, “si acaso bastantes revolcones”. Pedro Quintero se retiró en una novillada celebrada en Moguer el día 9 de septiembre de 1966, cartel formado por Manuel Rodríguez ‘El Palermo’, Pedro Quintero ‘El Gallero’ e Isaías González, de Sevilla.

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