sábado, 29 de septiembre de 2018

Juan del Álamo por la puerta grande de Corella


Puerta grande para Juan del Álamo con importantes “victorinos” en Corella
Morenito de Aranda y Thomas Dufau pasean una oreja cada uno
Debut de alta nota de Victorino Martín en Corella, tanto por el juego de sus toros como por la expectación despertada, que se vio reflejada con más de tres cuartos de entrada en los tendidos de la plaza de toros de Corella. La tarde no perdió interés en ningún momento, ya que Victorino lidió una corrida encastada, con las complicaciones lógicas de la bravura, y además variada, que hizo que la afición corellana viviera con mucha intensidad el festejo y saliera plenamente satisfecha.

Satisfecho también salió, en este caso a hombros, el salmantino Juan del Álamo, que sorteó un lote muy importante. Su primero fue bravo y exigente, yendo con prontitud y fijeza al caballo y embistiendo con mucha humillación y codicia. Faena en la que Del Álamo intentó por ambos pitones imponerse y en la que logró algunos pasajes estimables, teniendo mucha emoción todo lo que hacía por la viveza del toro de Victorino. Cortó una oreja. A su segundo, último de la tarde, que fue otro astado importante, le cuajó varios naturales de mucha categoría y consiguió con él un trasteo más rotundo. Otra vez el de Victorino con seriedad, tanto en su presencia como en su comportamiento, lo cual daba un valor añadido a todo lo que se le hacía.
Morenito de Aranda cortó una oreja del cuarto, que tuvo una enorme calidad. Aprovechó esta virtud el torero y firmó tandas de muletazos con mucho empaque y sabor, tanto en lo fundamental como en los remates. Se sintió a gusto el burgalés, llegando al público, que supo reconocerlo. Su primero, el que abría plaza, fue más reservón, mostrándose el de Aranda dispuesto en una faena que fue larga y que no remató con acierto con la espada.

El francés Thomas Dufau entraba por la vía de la sustitución tras haber triunfado en Madrid y quiso argumentar en el ruedo esta circunstancia, con una faena muy animosa a su primero, segundo de la tarde. Este fue otro toro encastado de Victorino, al que Dufau logró coger más el aire por el pitón izquierdo, firmando buenos naturales y cortando una oreja. El quinto, segundo de su lote, planteó una batalla difícil al francés, viniéndose arriba y orientándose a medida que avanzaba la faena. El de Victorino no dio opciones para demasiadas concesiones a la galería. Con la espada, Dufau se atascó en esta ocasión.

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