Esta mañana era fresca, el
aire soplaba con fuerza, las sensaciones no eran buenas, el tiempo no
acompañaba, pero todo eso no era un impedimento para acompañar a un amigo, a un
compañero, a un buen hombre.
A él y a su familia los
aprecio y los estimo, somos vecinos hace años, pero no son tantos los que
tenemos un trato más cercano.
Pasiones comunes nos han unido más en los últimos años y hemos compartido carretera, campo, radio y
tentaderos.
Pero quizás nunca sea uno
capaz de expresar con palabras sentimientos o sensaciones, sirva para ellos
estas líneas.
Si estas pequeñas líneas le
sirven de consuelo me doy por satisfecho, sino serán más los días que nos
toquen de compartir aficiones comunes, donde distraer nuestras mentes de los
malos ratos vividos.
Querido amigo José
Antonio, hoy nos tocó despedir a tu padre, Isidoro Hernández, al que tuve el
placer de conocer y compartir algunos minutos de charla, sobre una pasión que te
inculcó desde pequeño, la afición, el respeto y el amor a los toros. Cualidades
que faltan hoy en día y que tú guardas como un tesoro y lo has trasmitido a tu hija
Miriam.
Hoy es un día triste, día
de recuerdos, día de sufrir en silencio, de hacer memoria, …
Quiero con estas líneas y
esta imagen dar un pequeño homenaje a un Hombre, a un Padre, a un Amigo que nos
dejó sin hacer ruido. Isidoro Hernández Lameiro
allá donde vayas espero que sigas disfrutando de tu pasión y ahora en compañía de
tu esposa, descansa en paz.
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