martes, 1 de diciembre de 2015

Diego Ventura se siente "Vetado" en el Norte, así lo afirmó en el Club Cocherito de Bilbao.

Diego Ventura fue el gran protagonista de la charla que celebró este lunes el Club Cocherito de Bilbao. En la entrevista, realizada por nuestro compañero Íñigo Crespo, el rejoneador no dudó en señalarse “vetado” en diversas plazas del norte de España: “No lo digo yo, lo dicen los hechos. En dieciocho años de carrera y con mi currículum, aún no me han llamado nunca para torear en Pamplona, todavía no he debutado en Logroño y sólo he venido a Bilbao las dos veces que de verdad quisieron que viniera”, dijo.

Ventura glosó las líneas fundamentales de su trayectoria. Desde unos comienzos “que fueron especialmente difíciles y que se soportaron sobre los pilares del esfuerzo de toda mi familia” hasta su momento actual, cuando viene de hacer de 2015 “el año que siempre soñé, ése en el que cada tarde tuvo un sentido y un significado propio”.

Entre medias, Diego se detuvo a señalar como claves en su camino “haber sido siempre yo aun a pesar de quienes cuestionaban mi concepto olvidando que a torear se llega con el tiempo y que éste sólo lo haces tuyo ganándote cada tarde el derecho a tener otra tarde más. En el arte, lo caro son la personalidad y la verdad y yo las he tenido”, señaló.

Después de afirmar sin fisura alguna que Pablo Hermoso de Mendoza, su gran rival en los ruedos, es “un genio indiscutible que ha marcado un antes y un después en el rejoneo”, y a preguntas de los aficionados del Club Cocherito, no dudó también en lamentar que “no podamos medirnos en mano a mano en las plazas donde debe ser privando así al rejoneo del cartel más grande que hoy se puede dar y que tanto bien le haría”.

En su alocución, Ventura reconoció no entender algunos resortes del sistema taurino: “¿Cómo es posible que un empresario deje de poner a un torero porque pide más dinero que otro o porque el otro no quiere que le apriete? ¿Cómo es posible que yo traslade a las empresas propuestas grandes y nuevas y éstas no las acepten? Aquí no hay toreros caros o baratos, sino toreros buenos o malos capaces de llevar a la gente a la plaza. Lo que pasa es que hoy no se prima al público, sino a otros intereses”, afirmó.


El jinete de La Puebla del Río se mostró también “feliz” por el cambio de apoderamiento obrado el invierno pasado al pasar a formar parte de la casa Lozano, lo que calificó como “una de las decisiones más importantes de mi vida. Con los Lozano todo es distinto: el ambiente, la compañía y la categoría”. Al tiempo, se mostró motivado e ilusionado por poder acoger a tantos toreros jóvenes que se van formando a su lado en su casa y celebró los beneficios de, como ya en 2015, haber toreado menos: “Eso te da una perspectiva diferente de cada tarde. Te permite saborearla y multiplicar la ganas de que llegue la siguiente”, dijo poniendo así el colofón a una noche que concluyó firmando en el Libro de Honor del Club Cocherito de Bilbao.

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