Tarde de mucho calor en la sierra norte onubense, donde se ha lidiado un encierro del hierro Onubense de Dominguez Camacho, bien presentado y de variado juego, destacando los lidiados en primer y segundo lugar. Una plaza coqueta que ha disfrutado de una buena entrada que casi llenaba sus gradas en tres cuartas partes, donde han disfrutado, de la tarde, de la terna y del espectáculo. Los tres actuantes y el mayoral abandonaron el coso a hombros con escasa luz, pues el festejo acabo cercano a las diez de la noche.
El sevillano Lama de Góngora, tuvo en suerte un lote desigual con el noble primero y el descastado y manso quinto, a los que lidió de manera extraordinaria sobreponiéndose a las condiciones de sus antagonistas. Una faena al primero templada, sería y de poder ante las buenas condiciones de su enemigo que dejo ver al Góngora mas pinturero y artista, siendo en el que se lidio en quinto lugar donde vimos al Lama mas guerrero y exigente consigo mismo, para no dejar ganarse la pelea por nada, ni por nadie. Una estocada fulminante en su segundo ponía en sus manos los máximos trofeos.
El Jerezano José Antonio Heredia, otro novillero que le tocó juzgar las embestidas de sus antagonistas, que no ponían fácil su paso por el coso onubense. Un lote exigente que precisaba de mano firme, uno noble y con carácter primero donde se vio la mejor versión del torero gaditano, ligando, templado y mandando. Pinturero en sus trazos, pellizco en sus ejecuciones y resolutivo en sus actuaciones. En su segundo un toro mas rajado y querenciado en tablas, fue el novillero quien tuvo que atacar y tirar de raza y oficio para robarle tandas de mérito a su enemigo. Un doble trofeo repartido entre sus enemigos fue el premio de su tarde en Santa Olalla.
El triguereño David de Miranda le toco lidiar con la mas fea, sin duda se llevó el peor lote de la tarde, con dos enemigos rajados y faltos de casta, donde toda la raza, casta, lucha y entrega la puso David. Esfuerzo, lucha, sacrificio y buenas maneras desarrolló en sus faenas el Onubense que supo sobreponerse a las condiciones desfavorables que les correspondió en la tarde. Variado en el saludo capotero y en los quites, no se guardó nada, a pesar de no tener a los mejores colaboradores. Con la pañosa, se le vio portentoso, bien plantado, firme, sereno y poderoso, destacó en el sexto de la tarde (ya noche), citando a pies juntos, dando el pecho y al natural con una serie honda, asentada y de gran calado que puso el preámbulo a un final de faena rematado con una estocada sin puntilla. Desorejo a sus dos enemigos y obtuvo cuatro apéndices y un rabo.
Ficha del Festejo
Novillos de Dominguez Camacho, bien presentados, destacaron primero y segundo, siendo los otros cuatro nobles, aunque mas descastados y buscando las tablas.
Lama de Góngora, oreja / dos orejas y rabo
José Antonio Heredia, oreja / oreja
David de Miranda, dos orejas / dos orejas y rabo
Incidencias.- Casi tres cuartos de entrada. Saludó la cuadrilla de Lama de Góngora en el quinto por la excelente brega y los buenos pares de banderillas. Los tres novilleros y el mayoral abandonaron el coso a hombros de los capitalistas.
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