domingo, 2 de agosto de 2015

Huelva Juli, Perera, Talavante y el mayoral a hombros.

La raza de El Juli, la capacidad de Perera y la improvisación de Talavante, hacen que una tarde de toros sea diferente.

Ocho toros, siete orejas, tres toreros, miles de aficionados y una tarde para recordar.
La calurosa y húmeda tarde de Colombinas no pudo acabar mejor, los tres toreros a hombros junto al mayoral de Santiago Domecq, fue el final de una jornada que quedará en la memoria d los aficionados que se dieron cita en el coso de la Vega Larga.

La raza de Julián López Escobar "El Juli", quedo patente desde el inicio de faena del primero de la tarde, manejando los vuelos del capote con temple y ritmo al que embestía con codicia y nobleza el primero de la tarde. Se le veía con ganas al torero madrileño, que se le dan bien las tardes de toros en Huelva. Y no defraudó, tiro de raza torera para cimentar una faena de poder y mando ante un antagonista que precisaba mano firme. Ligó las series con una cadencia y una armonía que hacía que todo fluyese con calma, para abrochar su faena con una rubrica a la que nos tiene acostumbrados, soberbio espadazo en todo lo alto, que le valieron el doble trofeo. 
En el cuarto de la tarde tras el recibo de capote y pasar por la jurisdicción de los del castoreño, llegaba al tercio de banderillas y un crujido seco sonaba en toda la plaza, el toro se había lesionado y el público empezó a gritar para que se devolviese al toro, que hubo de ser apuntillado en la tronera de un burladero, pues tras la salida de la parada de bueyes se vio que era imposible que llegará en esas condiciones a los corrales. En su lugar saltó un sobrero de Santiago Domecq serio con trapio, caja y kilos y que a la postre fue de lo mejor de la tarde, tenía transmisión, ritmo y buen son el castaño "Almacenista" de nombre y de 580 kilos de peso. Y no dejó pasar esa oportunidad Julián que le enjareto una faena redonda, sobre todo por el pitón derecho, hasta que lo desengaño y le robó unas tandas de naturales profundas y hondas. Una tarde la de Julián importante en Huelva, que esta vez no culminó con los aceros por lo que fue fuertemente ovacionado. 

Que Perera es torero de una capacidad enorme lo sabemos, que se los deja llegar muy cerca, también. Pero lo que esta claro es que no se quiere dejar ganar la pelea por nadie. Espoleado salia en el segundo de la tarde y para recibir a su enemigo echa las dos rodillas en tierra entre las rayas de picar y las tablas e inicia el trasteo por verónicas sin inmutarse y ganando terreno en cada lance, para seguidamente recetarle un quite ceñidisimo por chicuelinas que dejaban pasar el aire entre toro y torero, el público entró rápidamente en la faena y no se desconectó hasta el final, no había margen al despiste o a perder la vista del objetivo. Simplemente redonda la faena del extremeño ante un ejemplar que no tenía muchas ganas de compartir escenario con Perera, pero al que convenció de que se uniera a la fiesta para conformar una obra que fuese recordada por todos. Una labor que fue de mas a menos por la condición de su oponente, pero Perera tira de nuevo de esa capacidad que hace fácil lo difícil y en una loseta y con los pitones en los muslos, hace pasar al toro una y otra vez sin inmutar la planta. Tras una estocada entera y una fortísima petición de trofeos tan solo se le concedió un apéndice. 
Perera quería más y buscaba la puerta grande que ya tenía su compañero de cartel, y salio a por todas en el quinto de la tarde, hincó rodillas en tierra y comenzó la faena de muleta con una tanda en redondo que pronto calentó la grada. Noble ejemplar al que extrajo hasta el último muletazo todo cuanto tenía dentro. Una faena que estuvo marcada por el temple y donde se vio a un Perera gustándose en cada muletazo. La labor y el esfuerzo realizado fue premiada con el doble trofeo.

Cerraba el cartel el también extremeño Alejandro Talavante, y dejó una tarde de improvisación, desparpajo, recursos y un sin fin de detalles que difícilmente se olvidarán de ella. El momento que atraviesa Talavante es para hacérselo  mirar, la improvisación, la rapidez de reflejos y el tempo que le da a cada faena es de una belleza plástica insuperable.
Dejó en Huelva, la mejor versión de Talavante tanto con la capa como con la muleta, variado con el capote toda la tarde realizó una seria de suertes que no son las habituales en el toreo actual y sobre todo porque improvisa en décimas de segundo cuando el toro se le arranca. Es capaz de solventar cualquier situación, sin descomponerse, sin inmutarse, haciendo fácil lo difícil y creíble lo increíble. Dos faenas de máximo interés para el aficionado ante dos antagonistas muy distintos, un desrazado y soso tercero y un noble y colaborador sexto bis. En su primero no se aburrió y fue acoplando su concepto a la embestida del burel, hasta que lo metio en el canasto. En su segundo un colaborador, noble y con transmisión sexto, más terciado que sus hermanos, se vio al Talavante, fresco, improvisador y con detalles de torero caro. No dejaba nada atrás, cada muletazo, cada trazo, cada serie era un espectáculo. Una oreja de su primero y otra del segundo le abrían la puerta grande junto a sus compañeros de cartel.


Ficha del Festejo
Toros de Santiago Domecq  y Ana María Bohórquez (4) y dos sobreros de Santiago Domecq (4 y 6 bis), nobles y de juego desigual. Mejores los lidiados en cuarto y sexto lugar. 

Julián López "El Juli", dos orejas / ovación
Miguel Ángel Perera, oreja con fuerte petición de la segunda / dos orejas
Alejandro Talavante, oreja / oreja

Incidencias.- Tres cuartos del aforo cubierto. Bronca al presidente por no conceder la segunda oreja a Perera en el segundo de la tarde. El cuarto de la tarde fue aplaudido en el arrastre. Saludaron en banderillas  Joselito Gutierrez y Guillermo Barbero en el quinto   y Juan José Trujillo en el sexto.

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