La soledad, la espera, el
tiempo, la mirada, el sentimiento, tic, tac, …
Así pasan los días, las
semanas, los meses, para el diestro sevillano de La Algaba, Manuel Carbonell.
Entrenando y preparándose cada
día en la soledad de la coqueta plaza de toros de la Algaba. Esperando una
llamada, una oportunidad, una brisa de aire fresco que aliente su ilusión
desmedida por estar anunciado una tarde de toros, en una feria importante y
demostrar su capacidad, su sacrificio y buen hacer.
Mientras todo eso llega son sus
compañeros quienes le alientan para seguir en la lucha, mientras tanto, en la
soledad de la plaza, los únicos que observan su oficio son las gradas vacías y
los ruedas de carros que conforman esta singular plaza…
Reflexiones de un torero que
espera su momento: “No sé el día ni la
hora, solo lo sabe ella, yo solo sé que no sé nada, seguimos el camino”.
Toda lucha ha de tener su
recompensa, esperemos que no tarde en llegar, hasta entonces, mucho ánimo
Torero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario