Este ha sido un fin de semana
reivindicativo de la TAUROMAQUIA; el sábado la plaza de toros de
Illescas (Toledo), se llenó de glamour en una corrida-simulacro que, aunque no
me guste, debo reconocer que suma a la Fiesta más que resta, por ser un
fenómeno mediático.
El domingo se ha consumado la
esperada manifestación de Valencia, con más de 40.000 personas gritando LIBERTAD,
un gran éxito para todos los que amamos esto de los toros.
Por ello quiero aportar mi
granito de arena reivindicativo,
publicando la introducción que el pasado
jueves 10 de marzo hice en la plaza de toros de Toledo, cuando de la mano de la
peña El Trapío tuve oportunidad de presentar, en mi condición de moderador del
coloquio, el mano a mano que Eugenio de Mora y David Martín de Vidales
materializaron como toricantanos que en su día fueron en el tres veces
cincuentenario coso toledano.
No sé si seré un bárbaro, pero
si ser un bárbaro es deslumbrarse ante la naturaleza donde nace, se cría y vive
el toro bravo, entonces soy un bárbaro.
Si ser un bárbaro es creer,
como García Lorca, que "la fiesta de toros es la más culta que hay hoy
en el mundo", o que "los toros es el único sitio donde se va
con la seguridad de ver la muerte rodeada de la más deslumbradora belleza",
entonces soy un bárbaro.
Si ser un bárbaro es poseer la
capacidad de elegir y hacerlo libremente, entonces soy un bárbaro.
Post de Rafael Villar Moyo.
Leer completo en el siguiente enlace:
http://www.fotografiastaurinas.es/2016-arrimon-taurico.html
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