VICENTE PARRA ROLDÁN
Se
cumplen hoy, 11 de febrero, noventa y un años de la gravísima cogida que Manuel
Báez “Litri” sufriese en la plaza de toros de Málaga y que, a la postre, le
causara la muerte el día 26 del mismo mes.
Aquella
tarde en Málaga se celebró una corrida a la que asistieron los Reyes y el Jefe
del Gobierno, encontrándose la plaza completamente llena, ocupando asiento de
barrera los marinos de la escuadra francesa, de visita en la ciudad. Las
cuadrillas hicieron el paseíllo precedidas de la caballería de Regulares que
realizó varios ejercicios de equitación entre ovaciones.
Según
recoge el periódico onubense La Provincia, en su primer toro, Litri dio dos
verónicas brutales que produjeron en el público enorme emoción. Siguió
veroniqueando de manera escalofriante provocando en el público enorme
entusiasmo para terminar con dos faroles monumentales y escuchar una ovación
delirante que duró largo rato.
Ya
con la muleta, Manolito le dio un pase superiorísimo admirablemente rematado.
Al dar otro pase, el morlaco le alcanzó cogiéndole y volteándole
aparatosamente. El animal le recogió de la arena dos o tres veces lanzándolo
por el aire y corneándole de manera horrorosa. Los momentos fueron de enorme
emoción. Marcial Lalanda acudió a prestar auxilio a su compañero y, como pudo,
se agarró a los cuernos del animal, logrando llevárselo.
Litri,
que se había quedado en medio del ruedo sin poder levantarse, fue llevado en
brazos de los monosabios a la enfermería, el público se dio cuenta de que el
temerario espada se hallaba gravemente herido pues arrojaba gran cantidad de
sangre por uno de los muslos.
Desde
que Manolito ingresó en la enfermería, los Guardias de Seguridad se colocaron en la puerta impidiendo la entrada
a dichas dependencias. Las primeras impresiones no fueron muy optimistas pues,
como diría el redactor de la información, la herida estaba situada en el muslo
izquierdo y era bastante profunda comentándose que el asta del animal había
roto además la vena safena. La intensa hemorragia sufrida por el Litri le debilitó
bastante y se encontraba muy postrado, siendo trasladado desde la enfermería a
la clínica del doctor Lazárraga.
En
aquellos momentos se hablaba de una cogida grave pero no tanto como se pensó en
un principio. Pero, desgraciadamente, los acontecimientos fueron torciéndose y,
unos días después, fallecería el diestro onubense.
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