DESPEDIDA, ARTE, VALOR Y
LÁGRIMAS
Por Conchi Mateo
La México, 4 de Febrero 2017
Tarde histórica, de la que bien
pudiéramos hablar de tecnicismos, pues no faltaron en esta emblemática corrida
de toros, pero más nos pudo lo visceral, algo que sólo puede entender quién
vive esta pasión.
A la empírica faena de Enrique Ponce al primer toro de su lote,
al que le cortó dos orejas, le pudo el peso de la emoción con el quinto de la
tarde al sonido de Las Golondrinas, vaticinando el fin de la carrera de un
torero que sin duda a más de un aficionado nos hizo saltar las lágrimas de
emoción, hoy no importaban los triunfos sino la suma de años de carrera como
matador, de cientos de tardes en las que no sobraron, sangre sudor y lágrimas,
pero que también se llenaron de éxitos y triunfos. Hoy se ha despedido un
maestro al grito de torero torero torero, que al unísono vociferaban las 40000
almas que llenaban La México, y que se convirtieron en una sola voz.
Tardaremos en olvidar lo
acontecido hoy.
Fue tarde emotiva, con un
entradón en La Monumental Plaza México para la despedida de un grande de la
historia taurina mexicana.
Eulalio López "Zotoluco", el torero
mexicano más importante en los últimos 20 años se despidió de los ruedos en un
mano a mano con Ponce.
Ponce tuvo
una tarde impresionante, su dominio en la cara del toro solo puede ser de
maestro con letras mayúsculas, y aún pese a su falla con el acero no
deslucieron las faenas del valenciano.
En el segundo, después de
brindar a Zotoluco se sacó el toro a los medios con elegancia propinándole un
pase con la derecha con gran naturalidad.
El cuerpo relajado y el alma en
las muñecas, demostrando su gran capacidad de virtuoso del arte de Cuchares. Y
no podían faltar sus poncinas que hacen exhalar el más guardado suspiro.
Lo hace tan fácil Ponce qué de
un toro malo es capaz de hacernos creer qué es bueno.
No sólo le desorejo al de
Fernando De La Mora, si no que fue premiado con arrastre lento, y todo gracias
al mérito de su lidiador.
Más feo el cuarto, que no hizo
nada esperanzador en los primeros tercios, pero a Ponce no el importaron los
preámbulos, se olvidó del capote y le puso entrega a la pañosa, y su
insistencia dio frutos porque, muy cerrado en tablas, le obligó a seguir la
muleta jugando con las querencias y sometiéndolo con cambios de mano
impresionantes. El grito consagratorio de ¡torero, torero! se escuchó durante
un trasteo que el público siguió con pasión. Una lástima que el fallo en los
aceros le dejarán sin triunfo. Del todo inteligente la lidia de este toro de
principio a fin.
Cerró el festejo un berrendo en
cárdeno voluminoso, que no terminó de desplazarse en los lances de recibo.
Tampoco acabó de entregarse en el último tercio, donde su actitud a la
defensiva, dejo entrever su fondo de alimaña con peligro sordo que deslució el
buen hacer de Enrique, que se empecino durante largo rato por sacar jugo del
manso, al que le robo algún que otro muletazo que el tendido premió.
Buena estampa del primero, al
que Zotoluco saludó con una larga
cambiada en el tercio y lo lanceó con suavidad, pero el animal enseguida se quedó
sin fuelle, quizá acusando un exceso de peso.
Eulalio lo llevo despacio pero
sin obtener respuesta por parte del Toro. No dio mucho chance para faena, y
Zotoluco lo finiquitó.
El tercero, se dejó pegar en el
caballo y esperó en banderillas, donde una tarde más Christian Sánchez saludó montera
en mano. Brindó Zotoluco a sus apoderados, momento que añadió gran emoción
antes de llevar a cabo una faena de mucho sentimiento, en la que se impuso con
capacidad y pundonor a un toro falto de recorrido y con el mismo defecto que
sus hermanos, la mansedumbre, remató de una gran estocada.
Al último toro de su carrera,
bautizado como "Toda Una Historia", Zotoluco también lo saludó de
rodillas en el tercio. Lo llevó al caballo con chicuelinas andantes y después
de un emotivo brindis a su familia, volvió a clavar rodilla en tierra para
comenzar la última faena vestido de luces, una obra acompañada con las
nostálgicas notas de "Las Golondrinas", resultando una faena más
emotiva que brillante por la condición huidiza del animal. Pero la afición,
entregada a su torero, lo sacó en hombros junto a Ponce. Su tarde y su
trayectoria profesional, no merecía otro final.
Mucha suerte Maestro, siempre
quedará en el corazón de los aficionados, y en los anales de la historia de la
Tauromaquia.
Ficha
del Festejo
Toros de Fernando de la Mora, correctos de presentación.
Eulalio López "Zotoluco”, ovación / oreja /
ovación tras aviso.
Enrique
Ponce, dos orejas / vuelta tras aviso / ovación.
Incidencias.- Casi
cubierto el aforo del embudo. Al finalizar el festejo Zotoluco y Ponce pasearon
a hombros de los capitalistas.
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