Tres eran tres los tres Mosqueteros, que defendían a capa y espada , la bandera de Francia.
Tres son tres los tres diestros, que defienden a muleta y estoque, la bandera mexicana.
Tres toreros, tres tardes, dos países, dos orejas, un deseo, triunfar, un sueño, la gloria, una meta, la Puerta Grande. Un testigo Eloy Cabazos.
Años a, que diestro mexicano alguno, paseara apéndice de burel, en gloriosa vuelta por el circular redondel de la plaza Monumental de las Ventas.
Pero he aquí que en este 2013, tres y digo tres, son los diestros que disfrutaron de tan ansiada vuelta, agarrando con fuerza el apéndice conseguido, en su batalla con su antagonista.
La miel en los labios, el cielo a su alcance, el triunfo en la palma de sus manos, la gloria del deber cumplido.
Se habla de ellos en este inicio de temporada, de sus logros conseguidos, en esta majestuosa Plaza de Las Ventas.
Los tres están en boca de todos, los tres disfrutaron de sus tardes, los tres rozaron con la yema de los dedos, la Puerta Grande. Ya los tres, la suerte suprema les privo de ello.
Tardes de lluvia, tardes de granizo, tardes de viento. La climatología no mermaba las intenciones y las ganas de triunfo de la terna mexicana.
Tres toreros tres , Diego Silveti, Arturo Saldivar y Joselito Adame, unieron a la afición en un bien común, la Fiesta de los toros.
Madrid quiere a México y México quiere a Madrid.
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