Los dos caballos de la cuadra
de Andrés Romero están ya en casa
después de ser intervenidos anoche en el propio Coso de Vista Alegre. Su estado
es menos grave y Guajiro puede
incluso reaparecer el domingo en Málaga.
Habituados a serlo por el gran
nivel que ofrecen cuando torean, Carbón y Guajiro fueron ayer protagonistas del
inicio de las Corridas Generales de Bilbao pero en sentido negativo. Los dos
caballos de la cuadra de Andrés Romero resultaron cogidos por el tercer toro de
la tarde y sufren heridas de distinta consideración, aunque ambas calificadas
como menos grave por los veterinarios que les intervinieron en el propio Coso
de Vista Alegre.
De los dos, Carbón es el más afectado, ya que sufre
una cornada con dos
trayectorias de cinco centímetros cada una en el anca de la
pata derecha. El percance sobrevino en un derrote que el astado de Ángel
Sánchez lanzó justo cuando Andrés Romero clavaba el segundo rejón de castigo.
Aún es pronto para determinar cuándo podrá reaparecer Carbón, que desde hoy
está ya a disposición del veterinario particular de la cuadra del onubense,
Javier Bomba, que será quien determine el tratamiento a aplicar y el período de
convalencia del equino.
Más suerte dentro del lamento
que siempre producen las cornadas tuvo Guajiro.
También fue herido por el primer toro del lote del onubense, aunque lo suyo
tuvo aún mucho más de mala suerte. Y es que el caballo pisó la boca de riego
del ruedo del Coso de Vista Alegre y perdió los cuartos traseros y resbaló,
instante que aprovechó el toro, siempre muy encima de las cabalgaduras, para
prenderle. Por suerte, el pitón no profundizó y su herida es más superficial, a
la altura de la zona posterior de la grupa. Su estado es menos grave y, a
priori, cuenta con muchas opciones para reaparecer el domingo en Málaga, otro
de los platos fuertes en la temporada de Andrés Romero.
Una situación similar a la de
Guajiro se repitió ya en el sexto, en este caso, con Cheke. El caballo resbaló
y cayó junto al rejoneador a pocos metros del toro. Por suerte, éste no hizo ni
por uno ni por otro y todo quedó en un susto. Y fueron varios ayer, lo que, sin
duda, afecta al ánimo de un torero en una tarde de tanta responsabilidad.
Sobreponerse a todo ello es uno de los aspectos más positivos que Andrés se
trae de su paso por la Aste Nagusia bilbaina. "No es normal que pasen estas cosas en un mismo festejo. Menos aún
que el mismo toro hiera a dos caballos diferentes, pero cada percance hay que
analizarlo desde la perspectiva real de las condiciones en que se produjeron. A
Carbón le alcanzó el toro en un golpe tan seco como preciso en un momento
puntual de la lidia, cuando lanzó un derrote al sentir el rejón de castigo. Y
Guajiro resbaló al pisar la boca de riego”, explica el jinete.
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