Después de un baile de corrales, el encierro de
Zalduendo precisó de un remiendo de Juan Pedro Domecq, que abrió plaza. Si en
la apariencia, el listón no pasó de aceptable, en cuanto al juego fue
desastroso, con toros flojísimos; algunos de ellos inválidos. Parte del
público, que protestaba airadamente la decisión de la presidencia por
mantenerlos en el ruedo, cambiaba de criterio al cambio de tercio y batía
palmas con mucha fuerza, como si los toros se hubieran transmutado en astados
con poder. Y todo ello, con el tercio de varas convertido en un simulacro; algo
que, por otra parte, es habitual en estos tiempos.
Con el citado material, Morante logró los mejores
pasajes, varios de ellos vividos con pasión tanto por el torero como por el
público y que sirvieron para endulzar el festejo. Manzanares fue premiado
generosamente con un trofeo de su primero por una faena sin peso y brilló al
natural en el sexto. Y Ponce perdió premio en el cuarto por la espada, tras
argumentar una labor meritoria.
Llegó ese fino repostero en tauromaquia llamado
Morante de la Puebla y convirtió el ruedo de La Malagueta en una especie de
torta loca gigante, a la que añadió caprichosamente algunos de sus ingredientes
especiales, como azúcar, en unos naturales soberbios, y canela, canela fina, en
tres muletazos con la derecha a cámara lenta que pusieron al público en pie.
Sucedió ante el quinto, un animal sin picar, protestado porque no se mantenía
en pie de salida. Ya se le había caído al sevillano en un quite por chicuelinas
y las protestas se debieron escuchar en la calle Larios. Pero el fino confitero
tomó la franela y con recursos gallistas imantó al toro por momentos y
enloqueció al personal, que ovacionó constantemente una faena con varios
destellos de suprema calidad. Como esta preparación de dulce superior fue a
más, con esos pases maravillosos al ralentí, Morante únicamente precisó de una
estocada para ganar merecidamente una oreja, aunque el
público solicitó las dos. Con el manso e inválido segundo, el de La Puebla no
se dio coba y finiquitó al animal de inmediato.
Manzanares, realizó una faena compuesta y estética al
noble y flojísimo tercero, que perdió varias veces las manos. Como el acero
entró a la primera, paseó una oreja por el anillo. Varios remates marcados por la
plástica, fueron de nota, como una trincherilla. Con el colorao sexto, bien
armado, mostró un toreo de más quilates, especialmente con la zurda –el mejor
pitón del toro, el izquierdo–. Tras un muletazo por la espalda escalofriante,
hubo cambios de mano o trincherillas de gran calidad, así como un monumental
pase de pecho tras largos y bellos naturales.
Enrique Ponce, que recibió el Capote de Paseo por la
mejor faena de la pasada edición, de manos del alcalde de Málaga, Francisco de
la Torre, al término del paseíllo ofreció su mejor cara ante el complicado
cuarto, un ejemplar con varias teclas que tocar y que no se entregaba,
rematando arriba al final de cada suerte. El valenciano, tras un comienzo
genuflexo para ahormar la embestida, derrochó paciencia e inteligencia para ir
metiendo al animal en el cartucho. Con la diestra consiguió embarcarlo en una
templada tanda y brilló en otra, muy ovacionada por el público, con ligazón.
Luego, con el toro a medio gas, acompañó las acometidas en un epílogo ya con predominancia
estética. El público ya soñaba con volar el pañuelo, pero dos pinchazos y
descabello dejaron el reconocimiento en una fuerte ovación. Serio y agradecido
y firme y ceremonial como una gaviota que presidió la corrida desde un
tejadillo de sombra, saludó Ponce al cónclave.
Un Ponce que se las vio en primer lugar con el
ejemplar de JuanPedro Domecq, noble, flojo, algo distraído que tras una gran
tanda con la diestra se rajó de inmediato y frustrar la labor.
En un festejo que no pasó de entretenido y con
constantes y justas protestas por el desastre ganadero, lo que tuvo mayor
relevancia y se vivió con más fuerza fue el dulce toreo de Morante.
Crónica de MalagaHoy.es
Ficha
del festejo
Toros de Zalduendo (2º, 3º, 4º,
5º y 6º), y Juan Pedro Domecq (1º).
Enrique
Ponce, ovación con saludos / ovación con saludos tras aviso
"Morante
de la Puebla", silencio / oreja con petición de la segunda
José
María Manzanares, oreja / ovación con saludos
Incidencias.- Lleno
de "no hay billetes"
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