El palco le cierra la Puerta
Grande a un grandioso Antonio Ferrera
Hasta 20.159 personas que no
estaban viendo el fútbol, sino en la plaza de toros de Las Ventas, pidieron con
fuerza las dos orejas del quinto de Las Ramblas para Antonio Ferrera. Con un
toro medio hizo una faena grandiosa, de pura maestría y para el disfrute de
todos los aficionados. El presidente le concedió la primera oreja pero no quiso
otorgarle el segundo trofeo que lo habría sacado a hombros.
Comenzó la faena a Traslúcido
andando hacia los medios sin levantar la vista del albero, recordando a inicios
de antaño, con suma torería y naturalidad. Continuó al natural a media altura
sin exigir al animal
que nunca humilló y pasó a su aire sin emplearse. Le puso
mucha delicadeza a cada muletazo en un dominio absoluto, también con la derecha
después. Larguísimos fueron los últimos naturales en los que redujo la
distancia. El final por alto y por abajo antes de montar la espada. Una
estocada entera y la certeza de haber templado y puesto cabeza para cimentar
una grandiosa labor en la que tuvo en cuenta los terrenos y las distancias,
entendiendo a la perfección al toro, y creando una obra merecedora de las dos
orejas que el palco le denegó. Paseó una y el público abroncó al palco tras la
vuelta al ruedo del torero.
Con cinco largas cambiadas de
rodillas, rematadas con una revolera en los medios saludó Juan José Padilla al
cuarto de la tarde. Por chicuelinas lo llevó al caballo en el que se empleó sin
clase. De rodillas también en el inicio con la muleta por alto, pero el toro se
rajó marcando la mansedumbre de los primeros tercios. Tras la estocada entera y
el golpe de descabello saludó una ovación. Otra ovación saludó Manuel Escribano
en el sexto al que recibió a porta gayola. En banderillas puso al público en
pie con el par de calafia y hubo un inicio explosivo con un cambiado por la
espalda con la muleta. En la siguiente tanda por el derecho le exigió al toro
por abajo y aunque respondió en esa serie luego ya se vino a menos. Los últimos
derechazos en cercanías dejó a buen nivel una labor que se estropeó con el
metisaca final.
Con el segundo castaño y
descarado Antonio Ferrera firmó verónicas para destacar y dos medias en los
medios. Un torero inicio y de nuevo la suavidad y la naturalidad en los
derechazos como requisito indispensable para torear. No aguanto mucho más el
toro y comenzó a quedarse corto y defenderse pero hubo una tanda posterior de
uno en uno al natural en la que dejó ver el gran momento en el que se encuentra
este torero. La estocada quedó caída.
En los tres primeros, los tres
toreros banderilleros compartieron el segundo tercio. El primer toro,
enmorrillado y bajo, bien hecho, fue protestado de salida, pese a la
disposición de Padilla, poco pudo hacer. El tercero no quiso caballo y
Escribano se marcó un par al quiebro al violín. Llegó muy apagado a la muleta y
mató de estocada entera tendida.
Ficha
del Festejo
Toros de Las Ramblas, bien presentados y de escaso juego.
Juan
José Padilla, silencio / saludos
Antonio
Ferrera, silencio / oreja con mucha fuerza
Manuel
Escribano, silencio / saludos tras aviso
Incidencias.- Más
de tres cuartos largos del aforo.
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