Francisco
Rivera Ordóñez ‘Paquirrí’ “No
me podía ir por la puerta de atrás, me quiero ir con la cabeza alta, dándolo
todo y haciendo una puesta final”.
Francisco
Rivera Ordóñez afronta el año de su despedida de los ruedos.
Una temporada “Muy especial, bonita,
pero difícil a la vez por el adiós” así lo ha manifestado ‘Paquirri’ en esta sincera entrevista.
Enhorabuena
por ese triunfo en Sevilla. Tendrá un significado especial.
“La verdad que son sentimiento encontrados.
Por un lado feliz y contento, creo que hacer el paseíllo en Sevilla es un
privilegio que tenemos que merecer y que demostrarlo en la plaza. Y, por otro
lado, mi despedida de Sevilla, fue un momento duro y al mismo tiempo bonito. Me
venían muchos recuerdos a la cabeza y sentir el respeto de esa afición y que
más tarde se entregaran es algo que se queda para mí para toda la vida. Es más
que una oreja, fue la tarde entera. Fue una tarde muy bonita”.
Fue
un cúmulo de sensaciones y sentimientos durante el festejo, antes y después.
“Antes es sobre todo la presión y la
responsabilidad. El despedirme de mi
plaza, la que yo considero que es mi plaza, la que me lo ha dado todo y donde
tomé la alternativa. Despedirme como yo quería hacerlo, sin dar un paso atrás,
dando la cara. Durante las sensaciones fueron muy fuertes desde irme a
portagayola, banderillear… el lote no fe el soñado pero el segundo toro tuvo
cosas muy buenas, transmitió, fue un toro bravo que me dejó irme con la cabeza
bien alta, creo yo”.
Sin
lugar a dudas, así lo sintió la plaza y así te lo manifestó. Francisco, debe
ser un año muy bonito en lo personal pero también con ese punto de tristeza
porque vas a poner punto y final a tu carrera profesional.
“Lo llevo muy mal, pensé que lo iba a llevar
mejor pero no es así. La decisión está tomada y es irreversible porque en esta
profesión te tienes que ir, más antes que después hay que marcharse. Es una
profesión que amo tanto y la respeto tanto que pienso que hay que irse en un
momento bueno. No me gustaría irme del toro sin ganas de ponerme el traje de
luces, sin querer ponerme delante del toro, dando incluso pena. Hay que irse en
un momento bueno porque es una profesión que por desgracia llega el momento en
que hay que dejar de practicarla. Porque torear en el campo no es lo mismo, lo
que nos llena y nos arrebata los sueños y la vida es ponernos el traje de luces
y salir a la plaza, la alta competición”.
Francisco,
esa alta competición se pasa como ha sido Sevilla pero ahora llega otra cita
muy importante como es Madrid y en pleno San Isidro. Es el momento de ir, estás
muy feliz, dentro de un traje de luces hay una persona y esa felicidad se
refleja delante del toro.
“Totalmente, no hay nada más transparente
que un vestido de luces. Cuando un torero está muy bien en su casa lo transmite
en la plaza. Yo estoy en un momento muy bueno tanto personal como profesional.
Además había que estar en esta plaza, yo no me podía ir por la puerta de atrás.
Yo me quiero ir con la cabeza alta, dándolo todo y haciendo una puesta final.
Apuesta sin beneficio porque yo no me juego las contrataciones para el año que
viene. Es algo personal, apuesta mía de cómo hay que dejar esta maravillosa
profesión, dando la cara en las plazas a las que hay que ir”.
Un
año para despedirse de todos los púbicos y de todas las plazas de capitales y
pueblos, como por ejemplo en Dos Hermanas.
“Estoy en un año un muy bonito y quiero
absolver todo lo que tenga sabor a la profesión para que me acompañe el resto
de mi vida. Luego no hay plaza pequeña, ni público que no se merezca que estés
con ellos y sobre todo, también con cualquier compañero. A mí nunca me ha
gustado clasificar eso de torero de arte o torero de valor y mucho menos eso de
torero mediático, que además, pienso que es una inmensa tontería. De verdad
creo que es hasta ridículo, porque una persona que tiene una profesión pública
como un torero, un cantante, un actor, o es mediático o tiene un problema muy
gordo. Entonces cuando dicen que es mediático no es insultando, pero sí
desprestigiando a la persona y haciendo ellos mismos el ridículo nombrándonos
de esa forma. Soy admirador de los toreros y he toreado con todos, para mí
hacer el paseíllo donde sea y con quien sea, me llena de felicidad y alegría de
ser torero”.
Son
muchos años compartiendo con tus compañeros alegrías, sustos, triunfos e
incluso hasta desilusiones.
“Son
muchos años batiéndonos el cobre y la competencia existe evidentemente pero al
mismo tiempo, cuando eres un compañero excepcional como es el caso de Manuel
Díaz ‘El Cordobés’, que lo da todo cada tarde y eso hay que respetarlo al
máximo porque tiene mucho mérito. Después de tantos años Manuel llena las
plazas, va a todos las ferias y eso es sin lugar a dudas es por gusta a la
gente y el público se divierte. El primer triunfo de un torero es llenar las
plazas y ‘El Cordobés’ en eso es triunfador absoluto”.
Un
torero siempre está en plena evolución pero dentro de esa constante renovación
interior Francisco Rivera Ordóñez nunca ha perdido sus señas de identidad y has
sido fiel a ti mismo.
“Lógicamente
cambios tienen que venir porque yo no soy el mismo de hace veintidós años. La
técnica, los nuevos conocimientos, las tardes de sangre y fuego, de raza y
rabia por no haber cortado una oreja, tal vez se apaciguan un poco. Cuando te
quitas un poco esa presión es cuando realmente sale el torero que llevas dentro
pero nunca sin levantar el pie del acelerador porque además yo no lo concibo.
Esa búsqueda de soñar el toreo de pensar en un toro con una faena plena lo
percibes con la edad y después desprenderte un poco de tanta presión. En todo
estos años he ido renovándome pero desde luego sin modificar mi personalidad
delante de la cara del toro”
“Si
te digo que no me importan te mentiría. A mí no me da igual. Las orejas ratifican
lo que has hecho en la tarde. A mis alturas no son lo más importante pero desde
luego siempre quiero cortarlas. Cuando no las cortas es por la espada o por no
haber cuajado al toro. Hay un aspecto que si tengo en cuenta que es la crítica,
porque hoy se es más crítico que nunca y sin generalizar algunos quieren ser
más protagonistas que los propios toreros. Esa parte de la crítica había que
analizarlo a fondo por a veces hacen daño. Sin embargo hace tiempo que ya no me
afectan tanto porque yo toreo para el púbico que paga su entrada y para mí. Los
toreros sabemos mejor que nadie cuando hemos estado bien o no”.
Lógicamente
la despedida será en Ronda
“Si
claro. En Ronda empezó todo y en esa maravillosa plaza diré adiós
profesionalmente. No descarto torear algún festival benéfico cuando me
necesiten pero desde luego no lo haré más vestido de luces o en su caso de
goyesco”.
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