Vicente Parra Roldán
Nacido en el seno de una figura ligada
profesionalmente al toro, José Doblado cambió la trayectoria y en lugar de ser
picador como tantos otros de su familia, decidió hacerse matador de toros,
alcanzando este grado el 21 de abril de 2.007 en la plaza de toros portátil
ubicada en Palos de la Frontera con ocasión de los festejos en honor de San
Jorge.
Aquella tarde se lidiaron toros de Juan Albarrán de
aceptable presentación, descastados y de juego variado, pero nobles y
colaboradores con los toreros, destacando el lidiado en último lugar, aunque al
quinto, que se rajó en la muleta, se le premió con la vuelta al ruedo.
Casi lleno en tarde lluviosa en la primera parte del
festejo que abrió “Nochevieja”, un toro al que no le cogió el aire José Doblado
que fue silenciado al terminar con el de la ceremonia. Tuvo la fortuna de que
le saliera un gran toro en el último de la tarde y al que Doblado le corrió la
mano por ambos pitones con mucho gusto hasta lograr construir una faena maciza
y rotunda en la que la ligazón y la colocación fueron la clave del triunfo.
Como, además, estuvo afortunado con los aceros, le cortó hasta el rabo.
El padrino de la ceremonia fue Javier Conde que dejó
perfume torero aunque en esta ocasión tuvo la fortuna de encontrarse con dos
grandes toros a los que, con inspiración y genio, los toreó en dos faenas
llenas de inspiración y buena forma. De ahí que conquistara los máximos trofeos
en cada uno de sus oponentes.
Francisco Rivera Ordóñez toreó el segundo y el
cuarto al tener que ausentarse de la plaza. No logró acoplarse con su primero y
en el otro puso más ganas, dejando retazos sueltos en una faena que no tuvo
continuidad y por la que fue premiado con un trofeo.
Palos de la Frontera vibró en esta jornada por haber
asistido a la culminación de las ilusiones de un joven que, aunque no nacido en
el pueblo, asentado en la tierra, había sido capaz de traer de nuevo los toros
hasta la población descubridora y abrir una senda importante en el devenir de
la localidad. Con el apoyo de sus paisanos, José Doblado cumplió su ilusión.
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