El Coliseo romano de Nimes, fue testigo presencial
del buen juego del segundo de la tarde y la maestría, temple y buen hacer del
diestro de Gerena, Manuel Escribano, quien dibujo los mejores pasajes de la
tarde. Una faena templada y bien enjaretada que paralizó los relojes galos.
Ovacionado resulto en su lote el murciano Rafaelillo,
mientras que Román fue silenciado en su
lote.
Ficha del Festejo
Toros de La
Quinta, bien presentados y en tipo. El lidiado en segundo lugar ovacionado
en el arrastre.
Rafael Rubio “Rafaelillo”, ovación con saludos / aplausos
Manuel Escribano, oreja / silencio
Román, silencio / silencio
Incidencias.- Un tercio de plaza. Hasta 12 veces acudieron a los
caballos de la cuadra del empresario Philippe Heyral.
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