Una mañana soleada y de
agradable temperatura, una cita, un lugar, un encuentro.
Se inaugura la Tertulia Taurina
Juan Belmonte, el lugar Cañada Rosal, los invitados puntuales a su cita con los
allí congregados, expectantes por el acontecimiento y los premiados.
Una espera que se torna en
silencio cuando el Faraón de Camas, recorre los escasos treinta metros que
separa la portada principal del lugar donde se encuentran los invitados, una
sonora y cálida bienvenida en forma de aplausos que hacen sonreír a Maestro
Curro Romero, tras eso, un silencio como en tarde de Maestranza, roto por las
palabras de Juan Belmonte que de ágil manera indica “podéis hablar”.
Ya se encontraban entre los invitados
otros de los Premiados, Los hermanos Miura y el periodista Taurino Emilio
Parejo, a escasos minutos llega el torero revelación Manuel Escribano.
El párroco de la localidad ha bendecido la Tertulia en presencia de los asistentes y el Excmo. Sr. Alcalde D. José Losada, y dieron por inaugurada la Tertulia, donde el Maestro Curro Romero ha descubierto un azulejo.
Ya con todos los componentes
del cartel en el albero del recinto, comienza la entrega de Trofeos de la mano del
periodista Emilio Trigo, que de forma magistral dibujo destellos de torería,
lances de pellizco y remates de torero artista.
Si queremos tener una
definición adecuada de Curro Romero, cual mejor que la que el propio maestro ha
recordado en alguna ocasión. Se la realizó en su tiempo Manuel Ramírez y quedó plasmada en la obra
del maestro Antonio Burgos – al que también felicitamos por el galardón que
recibió de manos de su Majestad la Reina Doña Sofía, está misma semana, el
premio ‘Luca de Tena’:
"Unan temple y espantá,
lamentos y miedos, almohadillas y arte, quejío y bronca, cima y sima, suspiro y
hechizo, amores y odios, hojalatas y oros, locuras y apatía, calambres y
pellizcos, infinito y cero, repeluco y aroma, esencias y maneras, andares y huída,
grandeza y desconcierto, privilegio y maldición, luces y sombras, resplandores
y agonía, emoción y magia, fantasmas y espinas, todo y nada, acabose y desgana,
inspiración y veneno, sabor y gloria”.
Unánlo todo, exprímanlo en el
pensamiento y quizás -ay- les saldrá un nombre: Curro; y un sentimiento: Romero.
Ya lo cantó otro genio, llamado
Camarón: “Curro Romero, Curro Romero, eres la esencia, de los toreros”
¡Primer Trofeo Juan Belmonte’!
a Curro Romero.
Subió y habló el Maestro Curro
Romero, y nos contó una anécdota de Juan Belmonte al que le unía una buena
amistad con su familia, recordemos que uno de los descendientes de Juan
Belmonte, fue apoderado suyo.
“Toreaba el Maestro Belmonte y
tras quince pases de muleta se disponía a matar el toro, en la grada unos
aficionados le gritan, No lo mates, sigue. A lo que el Maestro Juan Belmonte,
responde, si queréis más venid mañana”
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