martes, 5 de noviembre de 2013

Enrique Patón al frente de Tauro Castellón, deja la Plaza. Y la empresa en manos de un liquidador.

Informa CRISTINA GARCIA 05/11/2013
La empresa Tauro Castellón deja la plaza de toros tras 20 años al frente de su gestión. El próximo 15 de noviembre finaliza el contrato que la firma tiene con la propiedad del coso y no van a continuar. Por qué ha sido la descapitalización de la empresa, que ha entrado en liquidación después de acumular “grandes pérdidas en los últimos cuatro años”, que han propiciado una “caída libre” hacia el cierre definitivo. Lo explica Enrique Patón, gerente de la firma, que asegura que, “en la actualidad, Tauro Castellón ya no existe, está ahora en manos de un administrador liquidador”.

Patón es explícito y dice que “desde el 2008 hemos buscado alternativas para mejorar la programación y torear la crisis, como el desafío ganadero, los concursos de recortadores, los precios de los abonos... pero esto no es algo que solo pase en Castellón, sino que les ha ocurrido también a empresarios de Málaga, Córdoba, Granada o Zaragoza; y Madrid, el año pasado, vendió 30.000 entradas menos y 1.600 abonos no se renovaron”. “El sector del ocio está cayendo en España, y ayuda poco el 21% del IVA cultural o el elevadísimo canon que pagábamos en Castellón por el alquiler, que ya era inasumible. Todo ha llevado a la empresa a la UVI”, señala el ya exgerente.

“Han sido 20 años al frente de Tauro Castellón, primero con dos socios, Roberto Espinosa y Simón Casas, y, desde el 2003, en los últimos 10 años, en solitario y de la mano de Juan Miguel Torres”. Antes, sin embargo, ya se había hecho cargo de la plaza de Vinaròs, que dejó en el 2003.



“YO SEGUIRÉ ACTIVO” // “La empresa ya no existe, pero yo continuaré en activo, como apoderado. Los toros han sido y son mi vida, y seguiré en la plaza de toros de Valencia, trabajando por la fiesta”, prosigue. “Llegué a la plaza de Castellón tras unos años en Vinaròs, y con una filosofía clara: traerle al aficionado a las grandes figuras, y a las que tenían proyección, y a las principales ganaderías, no de segunda categoría, como le tocaría al coso, sino de primera, pero no hemos podido aguantar el envite de la crisis”.

“No hay figura que no haya toreado en Castellón en los últimos 20 años; ahora, es cada vez más difícil montar una feria, ante la falta de figuras. Hay cinco o seis, y los demás son de relleno”, señala. “Cuesta llevar a la gente a la plaza, porque la gente prioriza comer a ir a los toros”, incide.

“Tauro Castellón ha hecho aguas, y han sido unos meses muy duros por las negociaciones de la deuda con la propiedad de la plaza, y de sinsabores por tener que liquidar una empresa con tanta trayectoria, pero las circunstancias son las que son”. Patón pone el acento en “la afición de 10 de Castellón, sabia, exigente”.

Deja, dice, “una cosecha de muchos amigos, la misma emoción ante el inicio de la feria que en 1994, en la primera Magdalena, y el buen trabajo, que ha desembocado en pérdidas económicas inasumibles”. “Ahora solo cabe ver qué empresa coge el relevo, y venir a ver la semana grande desde la barrera”, apostilla Patón.

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