Tarde de Toros en la localidad serrana de Campofrío (Huelva), una novillada mixta sirve como reapertura de una plaza singular, catalogada como de la más antigua que se conoce, data del año 1716, en dos años cumplirá trescientos años de existencia, sin duda alguna un acontecimiento relevante para la localidad que a buen seguro su actual alcaldesa sabrá ejecutar con la dignidad que merece dicho coso.
Fue la tarde de ayer una tarde de reencuentros con aficionados y gentes del toro que se dieron cita para presenciar el festejo en esta emblemática plaza, conocida no como Plaza de toros de Campofrío sino como "Coso Santiago Apóstol", se lidio un encierro de Cebada Gago, justo de presentación, noble y variado juego, destacando los lidiados en primer y cuarto lugar y el quinto de mas presencia y transmisión. El primero recibió el premio de la vuelta al ruedo. El ganadero dio la vuelta al ruedo en el cuarto novillo de la tarde junto al novillero Daniel Crespo.
Una tarde de matices y tres novilleros distintos, dos a caballo Daniel Crespo y Manuel Ponce y otro sin los del castoreño, el Onubense Juan Ramón Jiménez.
La nobleza del encierro y las ganas derrochadas de los novilleros hicieron el resto para que la tarde fuese del agrado del respetable que premio a la terna con un total de nueve orejas y dos rabos.
Daniel Crespo, tuvo en suerte un lote noble, pecando un poco de escasa fuerza, con el que el novillero supo y pudo expresar su concepto del toreo. Al primero en una faena a media altura, sin obligar en exceso al burel, lo llevo ligado, templado y cosido a la muleta que seguía con celo el de Cebada, se llevo al público en el bolsillo con tandas en redondos muy despacio y rematadas con pases de pechos de pitón a rabo.
Al cuarto de la tarde una labor de más mérito, midiendo los tiempos y las distancias de un novillo que se arrancaba de lejos a la voz y acudía con alegría al toque de la muleta. Lo ligo el novillero gaditano en tandas en redondo toreando muy despacio y sin enganchones. Al natural con la figura erguida y bamba de la muleta en el hocico tiro de su antagonista en dos tandas ligadas y bien ejecutas. Premiado con el doble trofeo y rabo, fue acompañado por ganadero en la vuelta al ruedo.
Manuel Ponce, se llevo un lote muy dispar, de desigual presentación y juego. El primero de su lote un novillo terciado y vareado lo recibió en el tercio a la verónica jugando los brazos con soltura y acompañando la embestida del burel hasta los medios rematando con dos medias ceñidas atrás de la cadera de mucha pinturería. La noble embestida del animal permitió a Ponce gustarse con la muleta por ambos pitones, destacando las tandas al natural, suaves, templadas y mandando en todo momento en la embestida del de Cebada.
El que hacia quinto de la tarde, el de mas cuajo y presencia del encierro, lo recibió Ponce con los vuelos del capote a la verónica rematando con dos medias de mano baja y de mucha enjundia. Enjareto una faena de mucha transmisión por ambas manos ante un novillo que se movía con mas viveza que sus hermanos de camada y al que tenias que estar presto y atento para que no te sorprendiera.
Juan Ramón Jiménez, no tuvo suerte en su lote, el primero que le tocaba en suerte después del recibo de capote, jaleado por la grada por la buenas maneras que desarrollaba el novillo y el buen hacer del novillero, en un quite que le va a hacer el novillero, el eral clava los pitones en la arena del coso y de un brusco giro, se lesiona en el cuello, quedando inmóvil en la arena, a pesar de los intentos de la cuadrilla por ayudarle a ponerle en pie, es imposible y a de ser apuntillado. Al ser un animal inutilizado durante la lidia no ha lugar a que salga un sobrero y en su lugar salió el eral que debía cerrar plaza. Contrariado el novillero Onubense sale más enrabietado y con más ganas de darlo todo en el único novillo que tiene esa tarde en el Coso de Santiago Apóstol. Lo recibe con tres largas de rodilla en el tercio para continuar con un ramillete a la verónica. Pronto y en la mano, la muleta y el estoque de ayuda, tiene ganas el onubense de enfrentarse a la pelea con el único enemigo que tendrá en esa tarde. Dejó todo en su faena el novillero de Huelva, llevando al eral cosido a la pañosa que le mostraba, siguiéndola con codicia el de Cebada. Una faena medida y estructurada basada en la mano derecha con tandas en redondo rematadas con pases de pecho muy toreros. Le robó naturales muy templados, hondos y gustándose que llegaron con prontitud al tendido.
Ficha del festejo
Novillos de Cebada Gago, variados de presentación y juego. Nobles.
Daniel Crespo, dos orejas / dos orejas y rabo
Manuel Ponce, oreja / dos orejas y rabo
Juan Ramón Jiménez, 2 orejas en el único que mató
Incidencias.- Tarde de calor soportable con algo mas de un cuarto de plaza. El primero de la tarde premiado con la Vuelta al ruedo. El tercero de la tarde se inutiliza durante la lidia y a de ser apuntillado. Vuelta al ruedo del Ganadero en el cuarto de la tarde junto al novillero Daniel Crespo.
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