Hacía frío, mucho frío, y, por
momento, incluso lloviznaba, pero ni por ésas perdía nadie la atención en las
palabras de un hombre sabio y bueno. Cada vez más de las dos cosas y cada vez
más reconociendo que, pasa el tiempo, y sólo sabe que sabe menos de aquello a
lo que lleva dedicado toda su vida. Como su familia: a criar un toro diferente
y único que no se puede encontrar más que en las tierras de Comeuñas. Se
levantaban rachas de aire que cortaban hasta el aliento, pero allí estaban
todos, cerca de un centenar de jóvenes aficionados y enamorados del toreo y su
universo, oyendo con delectación a quien les iba desgranando una filosofía tan
pura como auténtica.
Y Fernando Cuadri, que cuenta
con el don de convencer ya con la mirada, no perdía ocasión, bien por las
preguntas de sus invitados, bien por iniciativa propia de ir desgranando cómo
se cultiva, de dónde viene y hacia dónde se lleva, el toro que, casi sin
querer, creó su padre. Don Celestino sigue por Comeuñas. Se le siente. Prendido
de las palabras de su hijo Fernando, pero también del respeto, la liturgia, la
seriedad y la trascendencia de quienes forman hoy parte del equipo y parte de
la casa. Un ejemplo muy avanzado es su nieto Antonio Abad, hijo de Luis, el
nuevo de los Cuadri que ha optado por aportar a su ganadería que es el legado
de toda su familia desde el caballo y a pie de campo. Los toros le oyen la voz
y entienden que es una voz a la que deben obedecer. Porque el Cuadri le habla
al cuadri como el cuadri habla: con poso, con hondura, con eco, con peso... Es
el idioma de la verdad.
Queda dicho que hacía frío,
pero todo él fue menos ante el calor de la bienvenida. A las puertas de
Comeuñas, de la casa, en cuyo porche (más o menos) campean a su anchas dos
señoras corridas reservadas, por este orden, para Valencia y para Madrid. Una
más tiene ya comprometida Fernando Cuadri para este año. Es para Azpeitia y es
la que tenía que haber ido a Castellón. En condiciones normales, aunque esos
extraños vaivenes que tiene la Fiesta y que tan poco o nada entienden de
justicia, importan poco a los ganaderos: "Cuando tienes tres o cuatro
corridas al año para vender, te preocupa menos que te dejen de algún sitio
donde deberías estar porque te lo has ganado. Por fortuna, siempre hay quien
está esperando la renuncia de otro. Eso ha pasado este año con Castellón y con
Azpeitia. Lo malo es cuando cuentas diez o doce corridas y tienes que
colocarlas y te faltan plazas", explica Fernando con una normalidad que,
por extraordinaria, asombra. A la espalda de la casa, aguarda otra punta de
toros que, por lo desigual de sus hechuras, ya apunta que no es una corrida en
sí misma, sino los suplentes de los titulares que sí tienen ya destino. Algún
cinqueño que quedó sin lidiar el año pasado y varios toros más que, por su
morfología, no entra ni en la de Madrid, ni en la de Valencia ni en la
Azpeitia. Pero sí hay en estos tres encierros ya reseñados diez toros en cada
uno de los que, de ir todo bien, algunos sobrarán. Será entonces cuando con
unos y otros compondrán los ganaderos una cuarta corrida. La tienen pedida
plazas como Albacete, Nimes y Zaragoza (a la espera de que se conozca qué
empresa se hace con este coso). "Pero hasta que no pase el compromiso de
Madrid, no recomponemos nada ni comprometemos nada. Aquí, Madrid es lo más
importante", señala Fernando Cuadri.
La visita a esta ganadería tan
especial ha desbordado todas las previsiones en el Aula Joven de la Merced.
Somos casi un centenar, así que unos se mueven entre cercados en los remolques
y otros lo hacen andando. En los remolques, como en los barcos, las mujeres y
los niños que en el Aula cada vez son más. Las unas y los otros. ¡Un lujo! Y
pendiente de todo y repartiendo mil explicaciones y regalando cientos de
anécdotas en el ganadero. Y con él, Antonio Abad, el encargado de reclutar a
los mozos de la camada de este año para que se dejen contemplar y fotografiar.
De esa forma tan sencilla y normal de contar que tiene, Fernando va desgranando
parada a parada la filosofía ganadera de su casa. La importancia vital que aquí
tienen los sementales, cómo éstos se seleccionan por morfología y por reatas,
cómo puede cambiar el comportamiento de un animal según cuando se tiente, lo que
le ha probado ya la experiencia de que cada vez se sabe más pero se yerra también
más en la cosas del toro y del campo... "Con el paso del tiempo, uno va
sabiendo más del toro en términos absolutos, pero menos en términos relativos.
Ya cada día descubres matices que desconocías y que te cambian tu
planteamiento. Lo que no variamos nunca es el criterio. Mi padre decía siempre
que la ganadería era para los nietos y es verdad... Por suerte aquí son ellos
los que van tomando ya el relevo y los que, por fortuna, comparten el criterio
de siempre", relata Fernando Cuadri.
Y una enseñanza más:
"Quienes ven la Fiesta desde fuera y la critican, lo hacen por los veinte
últimos minutos de la vida del toro en la plaza y no por los cuatro años
anteriores en el campo. Pero, claro, es que ésta no la conocen. Y no saben que
el toro es el único animal que existe que cuenta con un Libro Genealógico
propio. Y que vive en plena libertad y en extensivo, en su hábitat, en su medio
ambiente, con todo lo que precisa. Y que es el único también que puede ganarse
su futuro a partir de su propio comportamiento. Y que lo que lleva al animal a
seguir peleando por encima de las heridas que le deja la lidia es su instinto.
Y ese instinto forma parte de su esencia, no se le puede quitar. El toro bravo
es la mejor constatación de que es más importante la vida que la muerte".
Y sigue haciendo frío y viento, pero nadie pestañea... Habla un sabio y todos
le oyen con la sensación de que están recibiendo una enseñanza que les hará
mejores aficionados ya para siempre. Por eso pasar por Cuadri no es cualquier
cosa: es como estar en la universidad del toreo. Casi un centenar de
aficionados onubenses, jóvenes su mayoría, niños muchos de ellos, venidos de
puntos diversos de la provincia, se han doctorado al pasar por Comeuñas de la
asignatura fundamental que se llama Conocimiento profundo y enamoramiento total
del toro bravo. Y ya se sienten más cerca de aquello que persiguen, que les
ilusiona y que les emociona: saber de toros y del toro, aunque sólo sea una
décima puerta, de quienes hoy le abrieron de par en par las puertas de una
tierra que es madre de un encaste único y de un toro especial: el de Cuadri.
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