Tercer No Hay Billetes de San Isidro y las naves de los Almirantes dispuestas a llegar a un buen puerto. Ni la Nao del Almirante López, ni el Velero del Almirante Dols encontraron tripulación para sus naves y quedaron encallados sin llegar a Puerto. El Catamarán del Almirante Perera hizo el recorrido entre mares de calma para encontrar tierra firme, cargadas de Oro.
El primero de la tarde, para El Juli que apuntaba con sus velas al cielo, lo único que encendió fue la grada al perder reiteradamente los remos de una barca que no llegaba a ningún puerto. En la balconada presidencial, asomaba el pañuelo que le daba salida de la plaza por donde minutos antes hacia su presencia, con la estimable compañía de los discípulos de Florito. Otro toro veleto de Zalduendo se presentaba en la arena madrileña y como el mástil de una Nao se quedo Julián para comenzar su recorrido por el mar de los oles, La nave que el capitán deseaba llevar a puerto quedo encallada en terrenos de tablas sin que su Almirante lograra remolcarlo. La espada fue su noray.
Las naves que le tocaron al Almirante López no tenían visos de llegar a buen puerto, la tripulación se amotino en plena travesía y tuvo que poner orden en cubierta para no permitir el motín. El silencio se adueño de la Nave.
Manzanares llevo donde quiso al segundo de la tarde, con las protestas incluidas de un sector del público, que no le gustó ni el toro, ni la disposición del torero. Este por su parte dejo todo su esfuerzo por ambas manos enjaretando naturales con la cadera quebrada y cambios de mano, alargando el recorrido del bravo segundo. Alterno en redondo con menos apreturas y sin obligarlo en exceso, aún cuando su embestida era cierta no llegó del todo a la grada. Una estocada fulminante tras un pinchazo fue la firma del Almirante Dols.
Quiso mirar a los lejos en el quinto, pero el anteojo solo dejaba divisar niebla. No veía claro el Almirante donde atracar y optó por echar el ancla dejando el barco parado al primer intento.
Perera se lució de capa y fue prometedor el recorrido del toro, que apunto a bravo y con buen tranco, como un catamaran firme y seguro se lanzo al mar de los quites con chicuelinas ajustadas, muy ceñidas, que tuvo la replica del Almirante Juli que bajo la mano para darle paso a las verónicas, rematando con una media eterna. Miguel Ángel navegó en la despaciosidad de los mares de una capital, que entendió sus virtudes y logró que su catamaran templara los vientos de sus trastos, para encauzar el navegar de un compañero de viaje que fue el presagio de algo grande. Firmo el cuaderno de bitácoras con pluma de oro. Tierra; Tierra. Dos veces a la voz del Grumete para alegría del Almirante Perera.
El último viaje, comenzó en el ecuador con la misma quietud y firmeza. Su trayecto estaba trazado por la seguridad de conocer el viaje, desde el origen al destino. Y en esa base fue capaz de aguantar y tirar, embarcando la embestida con la mano muy baja y embebido en el paño lo llevaba hasta el infinito y más allá. Enloquecida la tripulación aclamaba a el Almirante, que dejó muy claro quien es el que manda en la Nave.
Ficha del Festejo
Toros de Victorinao del Río, primero flojo, Sobrero de Zalduendo rajado y manso. Segundo Bravo y encastado. Tercero, enclasado y encastado. Cuarto, desclasado. Quinto, desrazado. Sexto, incierto.
Julián López "El Juli", silencio / silencio
José María Manzanares, ovación desde el tercio / silencio
Miguel Ángel Perera, dos orejas / oreja
Incidencias.- LLeno de No Hay Billetes. Se desmontera Juan Sierra en el tercero de la tarde.
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