De haber tenido más fuerzas los
cuatro primeros toros, la corrida de la Quinta hubiese sido de nota. Pero no.
Hasta la salida del quinto, el público se había aburrido mucho mientras que los
toreros habían pasado una tarde apacible, sin ver salir a ninguno de esos
"cárdenos" que tanto temen.
Pero salieron al final un
quinto que espabiló enseguida y puso al Juli en aprietos, y un sexto que
ostentó todas las complicaciones de este encaste tan particular. La diferencia
entre las dos respuestas que tuvieron por parte de sus toreros respectivos, fue
que Juli no se dio coba, mientras que Fandiño apretó, bajó la mano y se adueñó
de la situación, del toro y de la tarde.
El primero de Fandiño fue un
cárdeno bravito, sin fuelle ni poder, al que pulseó a la perfección, lo cual le
permitió aprovecharse de las doce embestidas buenas que el toro tenía. Muy
encajado y templado el torero, lo mejor de su labor surgió al natural.
La faena bajó de tono después,
pero Fandiño, tirando de oficio, pegó algunas tandas limpias pero sin la
hondura de las primeras. Remontó vuelo con las manoletinas finales, y después
de una entera corto su primera oreja.
Frente al sexto, el más vivo y
áspero del lote, Fandiño pasó de las miradas sospechosas y de la guasa inicial
del toro para ponerse muy de verdad. Brindó al público, lo que también había
hecho El Juli en el precedente antes de abreviar, e hizo lo que mejor sabe:
plantarle cara al toro, muy despatarrado y el pecho por delante.
En tanda y media metió al Santa
Coloma en su muleta sin importarle los parones y las dudas. Paró, mandó,
templó, bajó mucho la mano y hasta se gustó una vez sometido el toro. El estoconazo
final hizo brotar las dos orejas indiscutibles.
El primero de Ferrera se
desplomó en el segundo muletazo, y a partir de ahí rehuyó toda pelea. Con mucha
cabeza, Ferrera le acabó metiendo en la muleta en una meritoria labor.
El cuarto fue otro toro flojo y
noble, al que Ferrera banderilleó muy bien antes de pulsearlo y de mimarlo con
suma maestría, a lo largo de una faena larga en la cual alternaron fases
clásicas y redondos inversos. Finalizó con unos naturales hondos en el terreno
de tablas y el público le pidió una oreja a pesar de un bajonazo.
El primero de "El
Juli" también tuvo una embestida tan dulce y bondadosa, como apagada por
sus pocas fuerzas. Aguantó los quites de Juli y Fandiño, tomó bien la muleta
pero enseguida le faltaron finales en las embestidas. Con menos acierto que en
otras ocasiones, El Juli se trabajó las series con facilidad pero sin brío.
Al quinto, en otros momentos,
quizás lo hubiera intentado, y probablemente hubiera conseguido hacerle
"romper" en su muleta. Pero esta vez optó por abreviar.
Crónica de André Viard para Lainformacion.com
Ficha del Festejo
Ganadería de La Quinta, variado de juego y presentación.
Antonio
Ferrera, silencio / oreja
Julian
López "El Juli", silencio / pitos
Iván
Fandiño, oreja / dos orejas
Incidencias.- Plaza
llena. Un pletórico Iván Fandiño con un triple trofeo se alza como triunfador
de la tarde en el coso francés, saliendo de nuevo a hombros.
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