El diestro Alberto Gómez ha cubierto ya una de las últimas fases de la
recuperación de la grave lesión de vértebras que se produjo el pasado 9 de
octubre en Valencia y ha vuelto a torear estos días en el campo participando en
un tentadero.
Ha sido en la ganadería de José
Luis Pereda donde Alberto Gómez se ha puesto por primera vez delante de las
vacas tras aquel percance al que han seguido casi cuatro meses de dura e
intensa rehabilitación. El diestro levantino, que ha compartido tentadero estos
días con Eduardo Gallo, intensifica así su preparación de cara a la reaparición
que tendrá lugar el próximo 1 de marzo
en la Plaza de Toros de Bocairent
(Valencia), donde hará el paseíllo junto a Curro Díaz y Juan Bautista en la lidia de ejemplares de Torrehandilla/Torreherberos.
“Necesitaba
mucho volver a torear, verme, en este caso, ante las becerras, probarme,
comprobar que el cuerpo no se resentía de las lesiones y oxigenar la mente de
tantas dudas que, como es lógico, te asaltan durante una convalecencia tan
larga. Casi era esto lo más importante en esta primera vez: sentirme seguro y
fuerte mentalmente. Ha sido mucho tiempo de inactividad sin ni siquiera poder
coger una muleta, atado a un corsé que no me dejaba ni hacer vida normal.
Volver a torear me ha dado una sensación de libertad y de plenitud que me hace
sentir que todo el sufrimiento, el esfuerzo y la fe de estos meses han servido
para algo. Y le estoy muy agradecido a José Luis Pereda por invitarme a su casa
y darme la oportunidad de ser ahí donde otra vez me haya sentido torero”,
explica Alberto Gómez.
El diestro valenciano ha
establecido estos días en Andalucía su cuartel general, donde aumenta el nivel
del entrenamiento y sigue haciendo campo de cara a la cita de Bocairent. Al
tiempo, sigue trabajando bajo la dirección de sus fisioterapeutas tratando de fortalecer
la espalda y las zonas más dañadas tras la fuerte voltereta de Valencia.
“Los
médicos me insisten en el mucho cuidado que debo tener al torear y en el riesgo
que supondría otro porrazo siquiera parecido a aquél, pero a lo que ni puedo ni
quiero renunciar es a torear porque, si algo he comprobado todo este tiempo, es
que no puedo vivir sin hacerlo”, concluye el torero valenciano.
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