La cara y la cruz de Morante en la Mexico, si bien en el primero de la tarde, sin clase y sin movimiento, acorde para las necesidades del diestro de la puebla, ante el que solo dejó ver unos retazos de su torería. Por el contrario se vació en el quinto, en el que se dejó ver al mejor Morante, con bellos y sutiles pases de la firma, destacando una tanda de naturales de bella factura. Las muñecas de Morante mecen como nadie las embestidas del burel, que con celo y prestancia perseguían el engaño que les mostraba el de la Puebla. Inicio la faena con la belleza de la seda de su capa meciendo al viento enormes veronicas, rematadas con una media de empaque. Un estocada en buen sitio rubrico la faena que lo ponía de nuevo en el umbral del éxito, pero el de Fernando de la Mora, se amorcillo, tardó en doblar y Morante recurrió a una antigua suerte, terminando con la vida del morlaco usando la puntilla y se enfrió el respetable, que a pesar de pedir la oreja para el de la Puebla, no la concedió el juez de plaza, Jesús Morales.
El mexicano Zotoluco, también tuvo las dos caras en la tarde, ante dos reses que dejaron algunos retazos. En el primero sin ser un toro de buena condicion, vimos a un Eulalio entregado y derrochando ganas propiciando que la faena de su primero le concedieran una oreja por una estocada que ya por si sola lo merecía, No tuvo la misma suerte en su segundo ante el que solo pudo justificar su presencia y al que despacho con celeridad.
El joven azteca Diego Silveti, disfruto del mejor lote de la tarde, con matices. Un primero de su lote al que realizo una faena con enjundia y gustándose, le falto rubricar con los aceros. En el que cerraba plaza, la disposición desde el inicio, dejaba ver las ganas con las que el diestro mexicano quería enfilar su último cartucho de la tarde. Jugó todas las suertes y uso todos los recursos al su alance para hacer vibrar las gradas del coso de insurgentes. Sin ser un toro potable supo aguantar los cabeceos y su falta de raza para tirar de el y exprimirlo, cerro la faena con bernadinas sin la espada de ayuda que dejó clavada en el albero, que hicieron rugir al respetable al pasarlo tan cerca, mientras el respetable le jaleaba !Torero, Torero!. Un pinchazo precedió a una estocada que le puso el trofeo deseado en su mano.
Ficha del festejo
Toros de Fernando de la Mora, desiguales de presentación y juego.
Eulalio López "Zotoluo", oreja / silencio
Morante de la Puebla, silencio / vuelta tras petición
Diego Silveti, palmas / oreja
Incidencias.- Mas de un tercio plaza. Zotoluco fue obligado a saludar tras el paseillo e invito a sus compañeros, Morante y Silveti, que salieron al tercio para recoger la ovación.
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