Se clausuró el III Congreso de
UTYAC con Salvador Boix y Diego Urdiales por la puerta grande imaginaria del
Centro Cultural La Bóvila de L'Hospitalet, sede durante tres días de la
reivindicación de la Fiesta de los toros como espacio de libertad, cultura y
sentimiento.
Todo ello bajo una organización
perfecta de la Unión de Taurinos y Aficionados de Catalunya, presidida por Paco
Píriz.. No faltaron a la cita los antitaurinos de grito e insulto, apostados en
los accesos al recinto y con la Guardia Urbana atenta. Pero de lo que se trata
es de otra cosa.
Y esa otra cosa fue un Salvador
Boix desbordante de dureza y sarcasmo, de ironía y argumentos, que a partir del
título de su charla "Me gustan tanto los toros" sentenció "que
por eso no voy". Y no va (o va menos, como matizó) porque reclama una
pureza que echa en falta y una integridad del espectáculo (antes y durante) que
lo legitime y fortalezca , más aún en momentos como los presentes. Reivindicó
su condición de catalán y taurino, citó, cómo no, a José Tomás como garante de
esencias perdidas , mencionó a Esplá "cuando se retiró se llevó la
variedad y el sentido de la lídia, imprescindibles en el toreo" hasta
llegar a Diego Urdiales, que , a su lado, pudo escuchar "El auténtico
papa Francisco, Curro Romero, bendijo el toreo de Diego Urdiales".
El torero riojano, que al
aparecer sobre el escenario de la sala (nuevamente rebosante de público ) había
recibido una ovación de esas que no se olvidan porque calan muy adentro,
entabló diálogo con Paco Píriz y el propio Boix, en que una vez más demostró
que su pureza al torear es la misma que mueve su andar por la vida.
Urdiales dejó claro que él
nunca va a cambiar su concepto en el ruedo ni fuera de él, citó a Rafael Ortega
como referente y dijo, entre otras muchas cosas que sonaron con la rotunda
sinceridad que le caracteriza , que "el exceso de preparación física en
los toreros hace que el toreo no fluya con naturalidad".
El Concejal de Cultura de
L'Hospitalet clausuró un Congreso ejemplar por muchos motivos y la gente salió
a la calle con una sonrisa de satisfacción en el alma. Unos pocos ladraban a su
paso.
PACO MARCH
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