La
Tauromaquia subvenciona al Estado y el argumento que ha calado en la sociedad
es el contrario.
A Juan Medina, Doctor y Profesor de
Teoría económica en la Universidad de Extremadura, es difícil encontrarlo en
los callejones de las plazas de toros, en tertulias de radio o televisión o
viajando de feria en feria.
Sí en las trincheras de su ordenador y
conferencias, desde donde ha cambiado la forma de defender el toreo
aportando el hecho diferencial económico, alejándose de la sobada
tradición, convirtiéndose en el primer activista taurino en el sentido moderno
del término: la Tauromaquia lleva décadas alimentándose del inagotable
activismo de la taquilla. Ahora, este aficionado militante de
Greenpeace, ajeno al entramado taurino, recoge todo su trabajo en Tauronomics,
la
respuesta de 134 páginas a la falacia, sostenida por el ruidoso
movimiento antitaurino, de que los toros son un espectáculo decadente y
subvencionado.
"Empecé
a trabajar en ello en 2010, cuando se produjo la prohibición en Cataluña. Lo
dejé y volví después de las últimas elecciones municipales", explica Medina a este
diario. "Mi obsesión", continua, "era el tema de las
subvenciones. Los toros es la actividad cultural que más aporta a la
Administración: 56 millones, sólo en cotizaciones sociales e IVA, y
recibe la mitad, algo inaudito. La Tauromaquia subvenciona al Estado y el
argumento que ha calado en la sociedad es el contrario". El otro
puntal de la publicación es el impacto económico de las ferias en las ciudades
en las que éstas se desarrollan. "No se había hecho nada hasta entonces,
fue complicado encontrar datos y referencias". Aun así, excavando en
fuentes oficiales, "Ministerio de Hacienda, administraciones,
ayuntamientos y ANOET [la patronal de los empresarios taurinos]", logró
reunir los datos suficientes para, a través del "método
multiplicador" hallar de qué manera influye una corrida de toros en la
economía local. "No he inventado nada. Averiguar el impacto es algo
que se ha hecho desde siempre en otras disciplinas, había un vacío aquí. Ahora
se puede comparar el toreo con el cine o el teatro y ver cual de ellas tiene
mayor impacto económico", resume. "Antes no se utilizaba este
argumento y desde que desarrollé esta investigación sí, está en casi todas las
presentaciones de ferias, se escucha hablar al aficionado. Es algo muy
positivo", sostiene.
Aunque acudir a los números para tratar de
legitimar algo es, en parte, asumir una pequeña derrota. "La economía
no es un argumento en sí", reconoce el autor, "nos han obligado a
hablar de ella, hay que contrarrestar todo lo que se ha quedado
sin respuesta por la indolencia del sector; es estrategia". Por
ello, Tauronomics está dirigido a "la afición" como asidero
y oxígeno "y a los que no se posicionan, que son mayoría" como una
dosis de realidad. "En España", insiste, "se dan
17.000 festejos populares al año, esa fuerza hay que aprovecharla".
Una manera ordenada y argumentada de sustituir el
discurso de siempre por multiplicaciones y datos, sumas, restas y diagramas,
análisis económicos y comparaciones para defender el espectáculo donde se vive
intensamente y muere de verdad. "La gente está harta de escuchar lo de los
nóveles, las pinturas de Goya y todo eso. Recurrir a la tradición es fatal
y fácil de rebatir. En Barcelona sólo se habló de aquello. Hay que ofrecer
cosas nuevas, actualizadas", confía. "Tenemos que contrarrestar ese
ataque tan virulento". ¿Qué le debe la Tauromaquia? "Nada, de
verdad. No busco reconocimiento con ello. Es algo que pongo a disposición
de la afición, para que se utilice y quede como esas canciones populares sin
autor conocido pero que se repiten constantemente. Pero hay que usarlo"
Y todo esto sin apoyo del sector, por voluntad propia. "Me
sentía, en cierto modo, un poco obligado. Es bueno que cada aficionado
aporte lo que sabe para tratar de defendernos si no lo hacen los que realmente
viven de ello. La afición siempre tira del carro". Economía
encarnada en un solo hombre contra la maquinaria animalista que tiene como
objetivo laminar el toreo. "En los últimos años hay un
movimiento financiado por determinadas empresas que facturan miles de
millones de dólares con interés en humanizar a los animales. La sociedad ha
cambiado y quieren aprovecharlo. Las mascotas han sustituido a los hijos. Por
ello, han tomado como objetivo los toros", afirma.
Fuente.- Juan Diego Madueño.
Fuente.- Juan Diego Madueño.
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