Vicente Parra Roldán
Una interesante novillada
picada se programó para la festividad de la Virgen de la Cinta, con la
presencia de Jesús Abril, Sebastián Borrero “Chamaco II” y Rafael Romero para
lidiar astados de Joaquín Buendía.
El festejo tuvo su momento más
complicado por la cogida en el segundo de la tarde de Chamaco II al realizar un
quite. Ya se había lucido anteriormente en otro en el toro correspondiente a
Jesús Abril y mostraba sus enormes ganas de triunfar cuando, al echarse el
capote a la espalda, fue empitonado por la ingle y llevado a la enfermería
donde fue asistido de una herida a nivel del testículo derecho con desgarro
completo de la bolsa en una extensión de diez centímetros con contusión y
hematoma, siendo calificada como de pronóstico menos grave que le impedía
continuar aunque el novillero se empeñó en volver al ruedo para lidiar el
segundo de su lote, quinto de la tarde.
Su decisión fue favorablemente
acogida por los espectadores que le ovacionaron con fuerza así como al
veroniquear a su oponente que, en la muleta, ofreció peligro por lo que el
torero pronto se lo quitó de encima de un pinchazo y una estocada, siendo
ovacionado por los tendidos.
El triunfador de la tarde fue
Jesús Abril que se mostró muy lucido con el capote al lancear a los tres toros
que mató. Su primero mostró mucho sentido, pero Jesús supo sacarle bellos
muletazos con ambas manos para concluir de un estoconazo. Pese a la intensa
petición de trofeos, la presidencia no accedió y el torero dio una aclamada
vuelta al ruedo. El que mató por Chamaco II; un animal con medias arrancadas,
estuvo por encima del mismo, matándolo de dos pinchazos y estocada, siendo
ovacionado.
Su triunfo llegó en el cuarto
al que toreó con ambas manos de forma muy despaciosa entre ovaciones de los
espectadores que se emocionaron con el quehacer del onubense que remató su obra
con una gran estocada y, en esta ocasión, las dos orejas llegaron a sus manos
para pasearlas en triunfo.
Por su parte, Rafael Romero se
mostró muy valeroso con su primero con el que se lució en los estatuarios
iniciales así como en un par de series de redondos; pero el de Cortegana no
estuvo muy afortunado con los aceros y oyó un aviso cuando el animal caía a la
arena. Algunas palmas premiaron su labor. En el que cerró plaza volvió a
lucirse al lancear de recibo y, después, en el toro por redondos antes de dejar
media estocada y un descabello, recibiendo una fortísima ovación por parte de
los espectadores.
Fue una buena tarde por parte
de los novilleros aunque, en esta ocasión, las reses de Joaquín Buendía, con
muchos kilos y poder, no colaboraron para el éxito de la terna onubense en uno
de los días importantes del calendario taurino de la capital choquera.
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