Antonio
Ordoñez, torero español, hijo del torero Cayetano Ordóñez, el Niño de la Palma,
y hermano de los también toreros Cayetano y Juan. Recibió la alternativa en
1951, en Madrid, de manos de Julio Aparicio, y pronto ganó popularidad por su
dominio del toro y su lidia sobria, serena y clásica, propia de un destacado
seguidor de la «Escuela Rondeña».
(Ronda,
1932 - Sevilla, 1998)
De
hecho, desde el día en que tomó la alternativa, Ordóñez ocupó en el juicio de
críticos y aficionados el destacadísimo lugar que nunca abandonaría en sus casi
20 años de matador de toros: ninguno había reunido hasta entonces, ni
atesoraría después, tanto arte y tanto valor juntos ni sería capaz de expresar
ambos con su entera y proverbial naturalidad.
Fue,
sin embargo, un torero castigadísimo por los toros, con un saldo de más de una
cogida seria por temporada y con graves lesiones en las articulaciones, que
dificultaron su movilidad en el ruedo. Su rivalidad con Luis Miguel Dominguín,
acentuada por los reportajes que el premio Nobel Ernest Hemingway publicó en la
revista estadounidense Life, se resume en diez mano a mano celebradas entre el
17 de junio en Zaragoza y el 21 de agosto de 1959, en Bilbao. Para la historia,
Ordóñez fue el triunfador de aquel "verano sangriento", en palabras
de Hemingway.
Más
valorado con el capote que con la muleta, se dijo de él que no hubo otro igual
en el toreo a la verónica, muy amplia de capote y profunda en el lance, hasta
el punto de estar considerada por los entendidos como una de las cimas del
toreo y ser recordada con nostalgia. Destacó también como matador, recibiendo
muchos toros a lo largo de su vida, y encontrando, en el último tramo de su
actividad, una estocada de recurso, y efectos fulminantes, caída en un rincón
llamado desde entonces "el Rincón de Ordóñez".
Se
retiró el 18 de noviembre de 1962. Reapareció de nuevo en 1965 y se alejó
definitivamente de las plazas el 12 de agosto de 1970 en San Sebastián. No
obstante, toreó todos los años la tradicional corrida goyesca que se celebra en
la plaza de toros de Ronda. Siguió con el máximo interés los pasos de su nieto
Francisco Rivera Ordóñez, hijo de Francisco Rivera Paquirri, que en 1996 se
reveló como uno de los matadores jóvenes con mejores perspectivas de futuro.
Falleció como consecuencia de un cáncer el 19 de diciembre de 1998 en Sevilla.
Sus restos mortales fueron incinerados y esparcidos en la plaza de toros de su
localidad natal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario