EL RINCÓN DE PEDRO
EL CABALLERO REJONEADOR
MANUEL VIDRIÉ
El madrileño Manuel Vidrié ha
sido uno de los rejoneadores más importantes de todos los tiempos, hecho que
avalan sus más de treinta años de trayectoria profesional, una trayectoria
llena de éxitos. Nacido en la localidad madrileña de Torrelaguna el 8 de octubre
de 1942, se mantuvo en activo desde la temporada de 1960 hasta mediados de los
años 90, cuando una lesión vertebral le obligó a abandonar la actividad de
forma prácticamente definitiva.
Ya desde sus inicios, sus
actuaciones resultan triunfales, si bien sufre algunos percances relevantes,
como el del 15 de mayo de 1961, cuando un toro de Quintana le derriba en la
plaza carabanchelera de Vistalegre, causándole una fuerte conmoción cerebral y
múltiples contusiones. Este contratiempo no impidió sin embargo que se
presentase en Madrid, tal y como tenía previsto, la tarde de octubre. En esa
ocasión estuvo acompañado por Mariano Cristóbal, Antonio Moreda, José María
López Ferrera, Agustín García Mier y Francisco Mancebo, y consiguió dar una
vuelta al ruedo tras pasaportar a una res de El Pizarrral.
A pesar de que en aquella época
los festejos de rejones no eran muy numerosos, Vidrié consigue abrirse paso a
base de tesón y buen hacer, logrando sumar aproximadamente veinte tardes por
año a finales de la década de los 60, cifra que supera ya en 1971, sumando 27
actuaciones. Pero será partir de 1972 cuando comience a ocupar los primeros
puestos del escalafón, formando 'equipo' la mayoría de las tardes con los
hermanos Peralta y Álvaro Domecq, las máximas figuras de la época. Este hecho
hace que continúen aumentando sus contratos y se consolide como uno de los
líderes mundiales del toreo a caballo, situación que termina por consolidarse
tras su actuación en la Feria de Abril de 1978, que le hace merecedor del Trofeo
de la Real Maestranza al mejor rejoneador del serial. Así mismo, esa misma
temporada, cosecha otro triunfo importante en Jerez de la Frontera, dentro de
la Feria del Caballo, al conquistar el Trofeo Caballero de Plata.
Y por si fuera poco, en 1979
conquista la otra gran plaza, Madrid, con una gran actuación durante la Feria
de San Isidro, que le vale el Trofeo Antonio Cañero de la Casa de Córdoba de
Madrid. Esta de 1979 es una de sus temporadas más prolíficas en cuanto a número
de actuaciones, ya que la cierra con 80 festejos. Muy similar fue la cifra en
la de 1980, durante la que vuelve a triunfar en San Isidro. Fue la tarde del 17
de mayo en la que, actuando con Álvaro Domecq, Joao Moura y Fermín Bohórquez,
cortó dos orejas a un toro propiedad de éste último.
Tras cumplir con 75 compromisos
en España, Manuel Vidrié se lanza a conquistar América y lo consigue con
creces. Así, el 14 de noviembre logra un total de cuatro orejas en la plaza
limeña de Acho, con astados de Chiquizongo, y el 3 de enero del 82 abre la
puerta grande de otra de las 'Mecas' del toreo americano, Cali.
Esta campaña invernal fue sólo
el preludio de lo que sería una gran temporada española, en la que vuelve a
conquistar los principales trofeos que se ponen en juego, incluyendo el de la
Maestranza sevillana. De nuevo abre la puerta grande de la plaza de Jerez,
protagoniza una tarde apoteósica en Murcia el día 12 de septiembre, con cuatro
orejas, y cierra el año con 75 actuaciones. No conforme con esto, vuelve a
viajar a tierras peruanas para repetir triunfo en el bicentenario coso de Acho.
Después de una temporada algo
menos intensa, la de 1983, vuelve por sus fueros y en la del 84 consigue de
nuevo triunfar en Madrid. Fue esta una corrida histórica, celebrada el día 26
de mayo, en la que cortó cuatro orejas ante toros de Antonio Ordóñez,
apropiándose de nuevo del trofeo Antonio Cañero. Este mismo año, también
resultó galardonado con El Rejón de Oro, que le fue otorgado por su gran
actuación en la plaza francesa de Mejanes.
Aún más importante resultó lo
realizado en 1985, año que comenzó triunfando en la Feria de Fallas de
Valencia, en un festejo en el que actuó mano a mano con Álvaro Domecq, ante
reses de Luis Algarra.
El siguiente éxito reseñable
tuvo como escenario la plaza de Las Ventas, de la que nuevamente salió en
hombros, conquistando de nuevo, meses más tarde el Rejón de Oro de Mejanes. Su
categoría y prestigio le permiten, poco a poco, ir seleccionando y escogiendo
sus compromisos, lo que se traduce en una reducción del número total de
actuaciones.
No disminuyen en cambio sus
triunfos, que nuevamente cosecha en Valencia, Madrid o Castellón entre muchas
otras plazas. Pero, sin duda, una de las tardes más importantes de esta segunda
mitad de los años ochenta es la del 3 de junio de 1989. Tras haber pasado con
buen tono por las ferias de Sevilla y Jerez, sale en hombros en Madrid
acompañado por todos sus compañeros de cartel: Javier Buendía, Antonio Correas
y Ginés Cartagena.
En ese tono continuó hasta
1992, cuando una lesión de columna le impide torear. El de 1991, por tanto, se
puede considerar como su último año en activo, puesto que posteriormente tan
sólo ha actuado en contadas ocasiones, como el homenaje tributado a Ángel
Peralta en Madrid, el 20 de septiembre de 1992, con motivo de sus bodas de oro
en el toreo. Posteriormente, ha continuado unido a su gran pasión, los
caballos, y su gran conocimiento del mundo del rejoneo lo ha compartido con los
aficionados a través de los micrófonos de Canal Plus, acompañando en las tareas
de comentarista, en los espectáculos de toreo a caballo, a Manolo Molés.
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