lunes, 13 de octubre de 2014

El Juli, cierre la temporada con Puerta Grande en Zaragoza.

Plaza de Toros de Zaragoza.
Acaba Zaragoza (casi, queda la corrida de rejones) y se acaba el mundo. O eso parece. El planeta taurino 2014 a falta de los últimos coletazos. La feria de Jaén y algún festejo. Pero Madrid y Sevilla echan cerrojo hasta el año que viene. Dios mediante. Se cierra un ciclo. Un ciclo de muchas grietas, alguna sorpresa y un buen puñado de incógnitas a desvelar durante los próximos meses. Se nos echa encima el invierno, a pesar de que nos vamos de Zaragoza, comienzo estas líneas con medio pie en el AVE, con la primavera, que no otoño en lo alto. Tan raro todo como esta temporada enrevesada y carcomida entre los intereses privados, los públicos, los de tres, los de siempre y un nudo en el estómago por el eterno dilema de quién sacará la cara por la afición. En esta encrucijada sobresale la nota positiva de la aún en el horno Feria del Pilar, cambios de aires, de manos y nueva apuesta que ha tenido respuesta directa en el público. Varios llenos consecutivos, y el más flojo de las corrida fuertes, el de ayer. El Juli ponía el cierre a esa innovadora temporada que presentó por el mes de febrero que ha acabado con un cambio de rumbo en el apoderado: adiós Roberto Domínguez; bienvenido Luisma Lozano. No hubo brindis de despedida, pero sí cierre a lo grande y con la suerte de cara. A él fue a parar el lote de la tarde. Los dos únicos toros, con matices muy distintos, pero ambos de triunfo. Para consagrarse fue el de Parladé, el tercero, en una buena camada del ganadero, toro de excelente clase, repetición, franqueza y manteniendo ese punto de transmisión para que lo que ocurría fuera importante. Juli se apartó de ese vértigo que le acelera otras tardes y la virtud que mantuvo de principio a fin en la faena fue el temple y el ritmo. Hizo un trasteo terso, limpio, encajando muletazos profundos por la largura, rompía al toro, lo obligaba, era animal para olvidarse y recrearse y en esa ecuación vaciaba por fuera al toro en ese largo viaje más poderoso que emotivo. Se reunió con el animal pronto en las cercanías y con luquecinas remató una obra que le separó de los dos trofeos un mal uso de la espada.



Ficha del Festejo
Tres toros de Parladé (2º, muy bueno; 4º, aplomado tras su larguísima pelea en varas; y 6º, descastado), dos de Victoriano del Río (3º, manso; y 5º, bueno) y uno de Toros de Cortés (1º, condenado a banderillas negras).
Juan José Padilla, saludos tras leve petición y aviso / silencio
Julián López “El Juli”, saludos tras leve petición y aviso / dos orejas
Miguel Ángel Perera, palmas tras aviso / silencio.

Incidencias.- Más de tres cuartos. Puerta Grande para El Juli.

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