Es triste conocer que cuarenta y cinco años de historia taurina de un Festival que nació para ayudar a aquellos que más lo necesitan, bajo la batuta del Padre Girón, hoy finalice su camino.
Higuera de la Sierra, se queda sin su festival taurino, ese que un día iniciara el padre Girón de la mano del matador de Toros Miguel Baéz "Litri", ese por el que han pasado todos los grandes del Toreo, Litri, camino, Puerta, Romero, Ordoñez, Ojeda, Espartaco, Ponce, Aparicio, etc. Ese al que todos querían acudir, para que la cabalgata y el asilo tuviesen lo mejor de su arte, convertido en monedas, para paliar en la medida de lo posible, las carencias de los tiempos.
Ganaderos, toreros y gentes del toro, que de forma desinteresada prestaban sus servicios para un bien de unos, que precisan de la ayuda de la generosidad para seguir subsistiendo.
Todo eso ya hoy no tiene sentido si esto desaparece, su organizador, tira la toalla, ante los gastos desproporcionados que el festival se lleva por delante. Unos gastos que deberían ser medidos a la proporción del espectáculo.
La savia nueva era la protagonista de esta edición, que quedará como la que quiso ser el cambio al futuro y se quedará como el final del pasado.
Higuera de la Sierra, será siempre recordada por su Festival, y eso nadie lo va a cambiar, tan solo queda que todo quede en un, hasta el año que viene y no un hasta siempre.
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