Plaza de Toros de Vista
Alegre (Bilbao)
Hasta el último suspiro
tuvieron que aguantar los aficionados en la tarde de hoy en Bilbao. Una tarde
tediosa que iba cuesta abajo, sin remedio de solución. Salía uno tras otro los
toros de Ricardo Gallardo y la desesperación, la desidia y el malestar reinaba
en el ambiente. Todo a contra estilo, sin clase, descastado, sin fondo y sin
raza.
La esperanza saltó en séptimo
lugar, un sobrero del hierro titular que dio la vuelta a todo y propició la
puerta grande de José Garrido.
Galería
del 27 de agosto, Bilbao, por Libertad Rodríguez
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