Plaza
de Toros de Nimes (Francia)
Ambiente de tarde grande en el
Coliseo. Llenazo. Incluso hubo de retrasarse el comienzo del paseíllo para que
todo el público accediera a sus localidades. Román se convirtió en matador de
toros lidiando a "Fogoso", número 80, negro bragado meano y de 503
kg, con el hierro de Garcigrande, al que saludó con dos faroles de rodillas. Ya
de pie, le endilgó verónicas, chicuelinas y una revolera.
Tras la cesión de trastos por
parte de Juli, brindó a su tío e inició la faena por alto a pies juntos al hilo
de las tablas, rubricando esa serie con un gran cambio de mano. El toro, noble
y repetidor, propició que se viera la mejor versión de Román. Toreo largo sobre
ambas manos, conectando mucho con los tendidos en series largas y profundas. La
poncina y las bernadinas finales fueron la rúbrica de una gran obra que remató
de un espadazo para acabar paseando pletórico las dos merecidas orejas.
No pudo redondear su tarde
Román con el sexto. Comenzó su labor a media altura para tratar de afianzar la
embestida del animal, que fue noble pero soso y pronto comenzó a quedarse
corto. Valiente el toricantano, que nunca arrojó las tres cartas. Rozó incluso
la voltereta y puso al público de su lado, pero el fallo con los aceros motivó
que se esfumara el posible premio.
El segundo, bien presentado,
fue recibido muy templado con el capote por parte El Juli. Faena ligada en un
palmo de terreno, eminentemente derechista e impecable de técnica y firmeza.
Poderoso y a por todas, el madrileño se metió entre los pitones y puso la plaza
al rojo vivo. Labor de dos orejas que quedó en una por el pinchazo que precedió
a la media estocada. El Juli brindó decidido la faena al cuarto al público.
Sabía lo que se traía entre manos. Explosivo el arranque a pies juntos sin
moverse un centímetro, rematado con un cambio de mano y un pase del desdén. A
partir de ahí la faena fue un prodigio. Monumental la forma de embarcar al buen
toro de Garcigrande, cosido a las telas. El madrileño enloqueció a la
concurrencia con un recital de temple, valor y conocimiento de la lidia. El
arrimón final y las bernadinas presagiaban que podía cortar el rabo. Pese a los
dos pinchazos, le concedieron dos oreja.
Con el hierro de Domingo
Hernández el tercero, resultó deslucido. Sebastián Castella, que había dejado
un buen quite por chicuelinas, comenzó su labor con doblones para atemperar el
peligro sordo del animal. Serio esfuerzo del torero francés, ante un animal
nada fácil y al que robó naturales de mérito. Con el quinto, el torero de
Beziers, sentado en el estribo, inició la faena muy entonado. A menos el de
Garcigrande, que se apagó muy pronto. Pese a ello Castella siempre dio la cara.
Fuente.- Rolland Agnel para Aplausos.
Ficha del Festejo
Toros
de Garcigrande para:
Julián
López "El Juli", oreja / dos orejas tras aviso
Sebastián
Castella, palmas tras aviso / ovación con saludos tras aviso
Román, dos
orejas / silencio
Incidencias.- Lleno de
“No Hay Billetes”. Román tomó la alternativa con "Fogoso", número 80,
negro bragado meano y de 503 kg, con el hierro de Garcigrande. Puerta grande
para “El Juli” y Román.
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