Son las 5 de la madrugada, como
si fueran las cinco de la tarde y además sin WiFi. Sabía que hoy era el día, y
lo fue. Vaya tarde bonita en la que Sevilla volvió enamorarse de Morante;
porque Sevilla siempre lo estuvo del torero de la Puebla.
La tarde fue intensa, tremenda,
sobrecogedora. La corrida de Cuvillo,
en general bien presentada y bonita de hechuras. Todos no podían
embestir. La verdad es que me gustó más la de Cuvillo de ayer. Cuentan que la
cara de Morante hoy era diferente desde antes de salir del Vincci a pisar las
calles del Arenal y la Capilla de su Baratillo. El caso es que llegó ese cuarto
toro, Dudosito, que pudo y que
estremeció los cimientos de la Real Maestranza de Caballería. En los inicios fue
incierto y no pudo lucirse el de la Puebla con la capa y al que cuidaron y
miraron en el caballo. Morante se inspiró en la plaza, en la Giralda y en los padres que lo
engendraron y parieron con ese arte.
Su cara inundaba la plaza, estaba
rebosante de torería y quería engendrar esta tarde el arte más puro de
Cúchares. Lo toreó a placer por el pitón derecho tras un comienzo a dos manos,
y nos regaló un kikiriki tremendo que hiciera temblar el alma del más
insensible. El Maestro estaba dispuesto, ávido de triunfo y totalmente
inspirado en cada muletazo. Cómo contar lo vivido y sentido? Es tan
inexplicable que hasta lo más sencillo era una obra de arte de puro y antiguo
toreo barroco y abelmontado. Tuvo un momento en el que, sonando la música,
Morante se olvidó del cuerpo y liberó su alma, y ya sólo lo toreaba con muñecas
y cintura y con ese arte con el que nació el Elegido. El arte es algo con lo
que se nace y no viene en los genes, ni en los libros ni en ninguna parte. Es
como la clase, se tiene o no se tiene, y
no se aprende ni se enseña y el hijo de Rafael nació con él.
Los más templados
naturales con el noble Cuvillo hicieron temblar hasta los cimientos de la
Monumental ya hoy inexistente. Morante y Dudosito fueron los artífices de
similar obra de arte esculpida a golpe de cincel y martillo cual Piedad de
Miguel Ángel. Los tendidos lloraban de emoción cuando el Maestro toreaba
encajado en los medios escribiendo poemas de García Lorca y componiendo
partituras como si de un Manuel de Falla se tratara. Perdió la muleta un
instante al partirse el palillo y,
habilidoso la cogió del suelo a dos manos y le pegó una especie de media
enroscándose cual serpiente de cascabel que terminó de enloquecer. Pura
genialidad. Le metió la espada en corto y casi entera pero el toro tardó en
caer. Pienso que si cae rodao le piden el rabo. La vuelta al ruedo, apoteosis.
Juli se jugó la vida sin
ninguna duda. Como siempre, entregado se
vació ante un mal lote hasta que lo cogió en el quinto y lo enganchó,
metiéndole 15 centímetros de pitón. Con esa verdad y pureza aplastante, Julián también
entregó su alma al diablo arriesgando su vida como si de uno que empezará ayer
se tratara. Nunca podremos agradecerle todo lo que hizo por Sevilla y la
vergüenza torera tan enorme que da cada tarde en su plaza. Su verdad en el
toreo es tan grande que no le importaría entregar su vida a cambio de ser
inmortal. Pinchó al astado y tras darle el pasaporte, se marchó por su propio
pie a la enfermería.
Y qué decir de Roca Rey. Es un
guerrero que siempre está apostado en la trinchera para salir a torear a cada
toro que le cae en suerte, sea bueno o
malo. Con su primer enemigo tuvo opciones pues el toro tenía clase para parar
un tren. El resto lo puso el peruano pues se expuso firme y sin dudas, para no
inmutarse pasando el toro por donde quería el torero. No perdonó ni un quite y
también entregó el alma y el carnet de un niño torero de tan sólo 19 años junto
a dos figurones del toreo con los que,
si me apuran se crece hasta crear la explosión. Le cortó una oreja de
enorme peso.
Y en el que cerró la tarde
expuso de nuevo para venir a decir quién es y lo que busca. Todo el brillo y la
intensidad lo puso él. Pudo sacar triunfo pero no le dio tregua y tras
nockearlo y dejarlo absorto, no le ayudó en absoluto pinchando la faena y
perdiendo el triunfo. Andrés eres muy joven y quedan muchos triunfos por
llegar. Espero el próximo en San Miguel.
Crónica de Conchita Rodriguez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario