VICENTE
PARRA ROLDÁN
Una
consternada Huelva vivió con intensidad aquellas jornadas luctuosas, echándose
a la calle para acompañar los restos mortales de Manolito “Litri” desde su
llegada a la ciudad hasta su sepelio.
Tras
haber sido homenajeado en los distintos pueblos del itinerario, el cadáver de
Manolito llegó a la capital, siendo recibido en la Casa Colón por muchísimo
público que pugnó por hacerse un hueco junto al féretro que, a hombros, fue
conducido al Casino Comercial por un itinerario lleno de personas que querían sumarse
al homenaje popular.
El
féretro de caoba, con doble tapa, estaba enguatado en su interior y con forros
de seda. Sobre la tapa aparecía un gran crucifijo y las incrustaciones y las
abrazaderas eran de plata.
Tras
ser recibido por la Junta Directiva del Comercial, se procedió a abrir el ataúd
para que los ciudadanos pudieran contemplar el cadáver de Manolito que estaba
envuelto en sábanas que le llegaban a cubrir hasta la cabeza. Manolito aparecía
con su sonrisa peculiar, con su bondad infantil, con los labios desplegados y
mostrando en su cara la silueta del dolor.
Tras
colocarse el féretro sobre un túmulo, comenzó la capilla ardiente por la que
desfilaron infinidad de personas (las colas llegaban hasta el cine Moda) al
mismo tiempo que se colocaban las innumerables coronas de flores enviadas por
diversas personalidades e instituciones.
A las
cuatro de la tarde se celebró el acto del sepelio. El féretro fue conducido por
los miembros de su cuadrilla y los socios de su tertulia y de “El Anteojo” y a
ambos lados del ataúd iban dos filas de hombres con cirios encendidos mientras
que las cintas que pendían del féretros fueron llevadas por representaciones
del Círculo Mercantil, Centro Comercial, El Anteojo, Tertulia Litri de Huelva y
de Cádiz y por Zurito.
Con
los familiares del torero, presidió el duelo el Alcalde de la ciudad D. Juan
Quintero Báez, así como diversas autoridades y representaciones. Durante el
trayecto al cementerio de San Sebastián, la banda municipal interpretó diversas
marchas fúnebres.
El
cortejo hizo una parada ante la puerta de la Tertulia Litri, que permanecía
cerrada y con colgaduras negras. Desde uno de los balcones, un grupo de mujeres
arrojaron flores sobre el féretro. Otra emotiva parada se realizó ante la casa
donde vivió el torero y se reprodujeron las escenas de dolor.
La
comitiva continuó hasta el cementerio, teniéndose que cerrar las puertas para
evitar la masiva entrada de personas, procediéndose al enterramiento del torero
Manolito “Litri” entre escenas de dolor de familiares, amigos y seguidores que
le acompañaron en su último paseíllo por la ciudad.
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