Para el día de la Ascensión de 1.975, concretamente
el 8 de mayo, se anunció en la Plaza Monumental una novillada picada en la que
se acartelaron Manuel Ruíz “Manili”, Antonio Rubio “Macandro” y Urbano Corbacho
quienes lidiaron reses de Antonio Rubio Dubois.
Las reses dieron escasísimo juego y mansurrearon en
demasía por lo que hicieron imposible el triunfo de la terna actuante. Además,
mostraron peligro y todos, salvo el manejable tercero, dejaron bastante que
desear.
Manili estuvo valiente en sus dos novillos. Su
primero, entraba rebrincado, se quedó muy corto y lo mató al segundo intento
siendo ovacionado. En el cuarto, realizó todo el trasteo con la mano izquierda,
único pitón potable del animal al que mató de estocada delanterilla para dar la
vuelta al ruedo.
Dos revolcones sufrió Macandro en su primero y ello
le hizo tomar precauciones sin apreciar la bondad de su oponente por el pitón
izquierdo. Tampoco estuvo afortunado con los aceros y escuchó algunas palmas.
En el quinto, no estuvo muy sobrado de valor y no se acopló en ningún momento,
matando muy mal y siendo silenciado.
Debutaba con caballos el serrano Urbano Corbacho que
mostró sus buenos deseos. En su primero, con la muleta estuvo cerca y valiente,
con algunos momentos de lucimiento para terminar con molinetes y abaniqueos.
Perdió los trofeos por culpa del mal uso de la espada. En el que cerró plaza,
un animal con la cara arriba, se inhibió tanto con el capote como en la muleta
para, al ir pasando el tiempo, sonar los tres avisos y, ante la imposibilidad
de devolver el novillo al corral, el puntillero El Lolo, atinó con eficacia
ganándose una fortísima ovación.
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