sábado, 11 de octubre de 2014

ZARAGOZA SE RINDE ANTE TALAVANTE.

Plaza de Toros de Zaragoza.

Las tardes de toros son imprevisibles, distintas, con matices de gustar o de disgustar, tardes de sonrisa o de lágrimas, de cante jondo o de baladas. No tenemos dos tardes iguales y eso es lo que hace grande esta fiesta nuestra, tan singular y maravillosa, que no todos entienden y aquellos que la ven por primera vez o los engancha o los hechiza. Así es este arte que solo unos privilegiados son capaces de expresar delante de la cara de un enemigo que su única prioridad es coger aquello que tienen  delante.

Esta tarde en el coso de Pignatelli hemos tenido la oportunidad de ver al menos en una parte del festejo, tres toreros dispuestos, capaces, solventes y enrazados.
El torero de Chiva Enrique Ponce, hace embestir a una cabra, coja y con artritis, que capacidad de sacar lo que de bravura se le supone a un toro que no se empleó, que le faltó raza y que en ningún momento humillo, la capacidad de este torero es estratosférica, jamás rehuye a una pelea, jamás vuelve la cara y el público que acude a verle puede tener bien claro, que en cuento abre el capote, lo que lleve dentro su antagonista, Ponce se lo va a sacar, sí o sí. Una merecida oreja a su labor que por larga escucho un aviso y que en nada mermó las ganas del torero Valenciano.

Venía el riojano Diego Urdiales a sustituir a un compañero y agradeció su inclusión a la empresa y a Ponce y Talavante en un brindis en su primero al que exprimió como a un limón, le faltó toro a Urdiales para dejar derramar su toreo, aun así con el de Juan Pedro estuvo aseado, dispuesto y aguantando algunas miradas de las que quitan el hipo, una faena basada en el temple y el buen manejo de la franela que fue culminada con una soberbia estocada que le colocaron un trofeo que le supo a gloria, en tan importante tarde, plaza y con las cámaras del Plus como testigo.

El extremeño Alejandro Talavante que reaparecía en esta tarde, abrió de par en par el tarro de su mejor esencia para esparcirla por toda la grada, estuvo soberbio en el tercero de la tarde, desde el inicio de capa hasta la estocada final. El Talavante que se vio esta tarde en Zaragoza, enamora, es capaz de poner de acuerdo a miles de almas en milésimas de segundos, tuvo un portentoso inicio con la mano mala, la izquierda, la que manejó con naturalidad, profundidad y exquisita enjundia. La cintura desgranada, la figura encajada, las muñecas rotas, una composición que hizo soñar despiertos a la grada. Fue capaz de desarrollar una labor de muchos quilates en un palmo de terreno, Hizo perrerías con su enemigo que tan solo veía el paño rojo que Talavante le plantaba como  si de un carretón se tratara. Grande Talavante que cortó con mucha fuerza el doble trofeo.

Ficha del Festejo
Feria del Pilar. Séptima del abono maño.
Toros de Juan Pedro Domecq, el 1º devuelto por otro del mismo hierro; el 4º, devuelto por uno de Torrealta; bien presentados, destacando el juego del 2º y 3º.
Enrique Ponce, ovación con saludos / oreja tras aviso
Diego Urdiales, oreja / ovación con saludos tras aviso
Alejandro Talavante, dos orejas / palmas de despedida.


Incidencias.- Rozando el lleno en las gradas. Se desmonteraron Víctor García en el quinto y Juan José Trujillo en el sexto. Puerta Grande para Alejandro Talavante.

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