SANTI
ORTIZ
Sabemos que Miguel Ángel Perera ha sido el
indiscutible y magnífico triunfador de esta temporada 2014; que sus dos puertas
grandes de Madrid rubricaron dos actuaciones memorables, como lo fueron las de
otras tardes en distintas plazas. Sin embargo, el hecho más destacado de este
año que ya va camino de las tablas, el más significativo en favor de la fiesta
de los toros, ha sido la huelga de hambre mantenida –lleva ya más de cien días–
por los novilleros colombianos a la
puerta de la plaza Santa María de Bogotá reivindicando su reapertura.
Ellos han sido los verdaderos
protagonistas de la temporada. Con su valor, con su coraje, con su
determinación, su espíritu de sacrificio y su tremenda afición han conseguido
erigirse en punta de imán capaz de atraer hacia su plaza, hacia Bogotá, hacia
Colombia y hacia la Fiesta la atención de todo el orbe taurino y no taurino.
No les importó las amenazas de muerte, los ataques de los antitaurinos más
fanáticos y violentos, los estragos que hacía en su organismo la falta de
alimentos.
Estaban curtidos en otra clase
de “hambre”, un hambre espiritual que les llevaba a morir de inanición por
falta de un novillo que llevarse a la boca del alma. Estaban y ahí siguen
reivindicando su derecho a torear, el derecho de los aficionados a ver corridas
en uno de los cosos más emblemáticos de la América taurina: la Santa María
bogotana, y, lo que es más importante, el derecho a ser libres, a tener la
libertad de decidir si ir a los toros o no, si dedicarse al toreo o no.
Por eso, desde esta Querencia
donde podemos leer y escribir de esa afición que nos enciende el alma y, sin la
cual, personas como yo se verían privadas de la mayor parte de su historia y se
sentirían impedidas de convivir con una muy particular y profunda concepción
del mundo y la cultura, pido para ellos,
para los sacrificados y valientes novilleros que mantienen su pugna por ver de
nuevo abiertas las puestas de su plaza, el
Premio Paquiro de este año. Creo que si una vez se lo dieron a Pere
Ginferrer y a Vargas Llosa por su defensa del toreo, con más motivos hay que
dárselo en esta edición a estos heroicos muchachos de la Santa María.
Creo que uno de
los primeros que aceptaría de buen grado esta decisión sería el propio Miguel
Ángel Perera –tal vez el candidato mejor colocado para llevarse el
galardón– y, de hecho, será uno de los matadores de toros que se desplazarán a
Bogotá para participar junto a César Rincón, El Juli, Castella, Talavante,
David Mora, Escribano, Fandiño, Bolívar, Espartaco y otros, en la marcha que
hoy, miércoles, 12 de noviembre, reclamará libertad, toros y la reapertura de
la Santa María por las calles de la capital colombiana. A esta manifestación se
unirá la concentración en favor del toreo en Bogotá, convocada en Madrid para
este mismo día, por la Unión de Criadores de toros de Lidia y el Foro de la
Juventud Taurina, y a la que podríamos sumarnos todos enviando un correo
electrónico a la Embajada de Colombia en España (los franceses en la de
Francia), cuya dirección es: emadrid@cancilleria.gov.co
con el siguiente texto:
Sr.
Embajador don Fernando Carrillo Flores:
Deseo trasladarle nuestra exigencia de que
se ordene reabrir la plaza Santa María y la vuelta de los espectáculos taurinos
a Bogotá, en cumplimiento de la sentencia de la Corte Constitucional de su
país.
Atentamente.
(Nombre apellidos y DNI)
Es lo menos que se merecen los héroes de
la huelga de hambre. ¡Todos con ellos! Y para ellos, el premio Paquiro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario