domingo, 26 de julio de 2015

Cuando las orejas no lo es todo. Rafaelillo y Escribano, La verdad del Toreo.

Cuando las tardes son diferentes, a veces, lo de menos son las orejas. Dos tíos, TOREROS con mayúsculas se median en la tarde de hoy a un encierro de Miura en el cierre de la Feria de julio de Valencia. 

Valor, entrega, sacrificio, verdad, corazón, esfuerzo, sentimiento, hombría, y un largo etc. y me quedaría corto para definir lo sentido en la tarde de hoy ante la disposición y estar en la plaza de Rafael Rubio "Rafaelillo" y Manuel Escribano. 

Fotos @JaviTaurino
Aportayola comenzaba la tarde del duelo de manos del murciano, para recibir al primero de la tarde, un toro nada fácil al que Rafaelillo fue capaz de enjaretar faena que no culminó con la espada y todo quedo en ovación con saludos, se guardaba lo mejor para el final el murciano. Su segundo antagonista le permitió mayor lucimiento y enjareto series de buen corte para logar el primer trofeo de la tarde, pero lo mejor estaba aún por llegar en el quinto de la tarde, Rafaelillo quería y tenía ganas de más, buscaba la puerta grande, esa que se le escapo en Madrid, convencido de su capacidad, de su dominio de los terrenos y del conocimiento del encaste, le planto cara al Miura, se dejó llevar, desmayo la figura, compuso la planta, bajo la mano y arrastro la muleta por el ruedo valenciano, para tirar del Miura con una cadencia y un ritmo impropio del encaste. Ligaba las series, metía riñones y los naturales brotaban como agua de manantiales, frescos y cristalinos. Un faena de dejarse llevar, de abandonarse, de sentirse torero, de sentimiento, de verdad ... Pero todo se esfumo al final por el uso de los aceros y la película de Madrid volvía a pasar por la pantalla de Valencia. Rafaelillo, tuvo la tarde, el lote y el temple, pero la faltó la espada. 

Su compañero de cartel, el diestro de Gerena Manuel Escribano, no se quedó atrás y también se fue a la puerta de los sustos para recibir al segundo de la tarde, protestado desde inicio y tras su paso por los caballos paso de nuevo a los corrales, es su lugar salto un sobrero del Ventorrillo, que mas que aliviar al torero lo desespero, le falto, recorrido, transmisión y vida.  En banderillas lo dio todo por agradar al respetable en pares de riesgo, como el tercero, sentado en tablas y clavando al quiebro. 
En cuarto lugar salto su primer Miura, el que formo el lío en el desencajonamiento y estuvo en duda hasta última hora. Apretó en el caballo, al que derribo y ahí acabaron las fuerzas del toro, lo intentó todo Manuel por sacar agua de este pozo vacío desde que salió del caballo, se desesperaba Manuel, porque veía que se marchaba la tarde y no obtenía colaborador para redondear un triunfo, pero al igual que su compañero de cartel, lo bueno estaba por llegar. 
Saltaba el tren en sexto lugar, un toro largo, hondo y con trapio, pero eso no le importaba a Manuel que se iba de nuevo a recibirlo a la puerta de chiqueros. Larga cambiada y capote en mano comenzó su faena para desengañar al toro y dejarle claro desde los inicios que quien mandaba en esa pelea era él. Un tercio de banderillas sin guardarse nada daba paso a la faena de muleta, verdad, corazón, raza, coraje y una testiculina que ponía los pelos de punta. Estuvo Escribano tirando de raza y aguantando las tarascadas y las miradas de su antagonista hasta meterlo en el canasto, pero no te puedes fiar, cuando ya lo tenía casi todo estructurado, llego el desplante, tiro los trastos y se planto de frente a su enemigo, abriendo la chaquetilla, desafiante, bastó un instante, un suspiro, para que el Miura tirara un derrote y cazara a Manuel con un certero golpe en el interior del muslo y lo lanzara por los aires, caía en la testuz y otro golpe para lanzarlo de nuevo, y antes de caer al suelo lo vuelve a coger con el pitón derecho, metiendolo entre la hombrera de la chaquetilla para lanzarlo como un pelele por los aires, todo duró unos segundos, pero pareció eterno, desconcierto en el ruedo, auxiliadores por todas partes, de luces y de paisano, el torero conmocionado, mareado, con falta de aire, le quitaron chaquetilla y chaleco, la camisa desgarrada, el valor intacto. Y volvía de nuevo a la cara de su antagonista, desgarbado, descalzado, destrozado por la paliza, pero la moral por las nubes, Todo estaba a expensas de la espada, esa espada con la que se tiro a matar o morir, No se podía escapar el triunfo que tanto había luchado toda la tarde. 

DOS TOREROS, CON MAYÚSCULAS PASARON ESTA TARDE POR EL RUEDO DE LA CALLE DE XÁTIVA. VALENCIA FUE TESTIGO Y LAS CÁMARAS LO MOSTRARON A TODO EL MUNDO. 

Ficha del festejo
Toros de Miura, el segundo bis de El Ventorillo, desiguales de presentación y juego

Rafael Rubio "Rafaelillo", ovación tras aviso / oreja / vuelta al ruedo tras aviso
Manuel Escribano, ovación con saludos / silencio / oreja

Incidencias.- Algo menos de media plaza. 

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