Plaza de La Malagueta. Toros de Núñez
del Cuvillo para Morante de La
Puebla, Salvador Vega y José María Manzanares. Lleno en los tendidos en
tarde muy calurosa. Corrida mal presentada, chica y mal juego para los toreros,
salvándose el segundo un toro con clase y noble.
Morante
de Puebla (Verde y Oro): Bronca/Oreja
Salvador
Vega
(Corinto y Oro): Oreja/Ovación
José
María Manzanares (Negro y Azabache): Silencio y silencio
Salvador Vega y Morante le escriben
un soneto al toreo.
Volvió de nuevo el malagueño a
escribir versos con la mano derecha, al igual que hiciera el pasado lunes. Sin
pluma ni papel, con una muleta al viento y un ruedo en color albero, fue Salvador Vega construyendo un poema
lleno de amor, romanticismo, heroicidad y temple al toreo. Cada muletazo se
transformaba en verso, cada verso que salía de sus manos se transformaba en un
muletazo lleno de belleza y empaque y así tanda tras tanda fue construyendo el
poema que hoy hemos visto en La Malagueta, hasta llegar al final de sus versos
con unos muletazos por bajos, que el mimo "Loren" los pintará en su
próxima exposición.
Al poema escrito por Salvador
Vega sobre el ruedo de La Malagueta, se le sumaron cuatro versos con un capote
de ensueño, con dos muñecas de historia y un torero que las dibujo en el aire.
Que forma de torear Morante con el
capote, que lentitud, que torería, que empaque, que sueño hecho toreo de
capote, hoy en Málaga.
¿Cuándo podremos ver una faena
de comienzo a fin sólo con el percal?.
Las verónicas volaban como
aquella Paloma que un día pinto el un genio llamado Alberti. Con la muleta la
torería se apoderó del nacido en La Puebla y hubo detalles que fueron el
epílogo del soneto. Un oreja, tras estocada al cuarto.
Poco más se puede decir de la
corrida, un ganado poco colaborar, falto de casta y bravura saltó al ruedo,
llevándose el peor de los lotes José María Manzanares. Faena de principio a la
compuso el malagueño en el primer toro de la tarde.
Poco hombres son capaces de
poder escribir un sólo verso, menos aún de unirlos de forma asonante o
consonante, pero sólo dos son capaces de crear un soneto a la limón, lleno de
clase, torería y temple, con un capote y una muleta. Sus nombres Salvador Vega y José Antonio Morante de La
Puebla.
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