El matador de toros Varea se enfrentaba en la tarde de hoy en Arnedo al hierro de
Victorino, cortando la única oreja de la tarde, nos cuenta sus impresiones y el
futuro de esta temporada.
Por Libertad Rodríguez
¿Qué esperas de esta temporada que
comienzas de la mano de una empresa como Tauroemoción?
La verdad que es una temporada muy bonita, un
arranque soñado, tengo unas fechas clave ahí para poder enderezar mi futuro. Y
muy ilusionado, contento, intentando disfrutar cada instante, en el campo, por
los entrenamientos, los viajes. Y agradecerle también a Alberto, mi apoderado,
gerente de Tauroemoción el planteamiento que me ha hecho de una temporada pues
soñada como digo.
Empezamos en Vistalegre, las cosas no salieron como
uno esperaba y bueno hoy en Arnedo he podido dar un poquito de una imagen de
mí, de lo que puedo llegar a dar y seguidamente vamos a Castellón, tenemos
Madrid, Teruel y bueno Dios quiera que vayan saliendo más cositas para poder
situarse en el sitio que uno quiere, pues ahora mismo está muy difícil pero no
imposible.
¿Cómo es tu tauromaquia, de
encastes duros o de encastes más suaves?
Bueno yo es que no comparto lo de encastes duros o
encaste suaves, yo creo que todo el toro que embiste que pone o lo facilita se
puede torear. Cualquier encaste te pone complicaciones y cualquier encaste hay
toros que no se pueden torear, no. Pero mientras que el toro colabore yo creo
que cualquier encaste es apto para cualquier concepto.
¿Qué sueñas o que deseas para esta
temporada?
Sueños los tengo todos por cumplir, no. Esto acaba
de empezar, como digo esto es una carrera de fondo y no de sprint. Espero ir cuajándome
como torero y madurando e ir colocándome en un sitio que el privilegio me pueda
permitir ir subiendo peldaños.
Como tú dices, eres muy nuevo, ¿Qué
sientes cuando te pones el traje de matador?
Bueno uno ya va conociendo la profesión, va
valorando cuando se tiene las cosas o de cuando no se tienen. Y cuando me pongo
el traje de luces la verdad es que intento disfrutar cada instante. Intento
disfrutarlo como si fuera un ritual, porque tengo la suerte de poder vestirme
de luces, porque cuando no se tiene esa suerte se echa de menos.
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