Impulsada por el ayuntamiento
de la localidad, esta iniciativa permite fijar para siempre el recuerdo en su
plaza de toros de la tarde del pasado 7 de septiembre cuando Daniel Luque indultó al toro de José
Luis Pereda.
Fue un hecho relevante,
extraordinario y especial y como tal lo sigue recordando la afición de Cortegana. El indulto del toro Laborioso, de la ganadería de José Luis Pereda, el pasado 7 de septiembre a manos de Daniel Luque, está impregnado en la
piedra antigua y a la vez nueva del coso serrano y, ahora también, en las
paredes de su patio de cuadrillas gracias al azulejo descubierto por iniciativa
del Ayuntamiento de Cortegana.
Su descubrimiento fue el eje de
un acto sencillo con el alcalde corteganense actuando como anfitrión en
presencia del ganadero José Luis Pereda, del empresario del coso de la
localidad, Jorge Buendía, y de varios miembros del equipo gubernativo que actúa
habitualmente en él. Antes de la inauguración del azulejo, las distintas intervenciones
que se produjeron sirvieron para dejar clara una evidencia: "El
indulto de un toro bravo es siempre la mayor felicidad que podemos compartir
quienes formamos parte de la Fiesta", como señaló Pereda.
El
ganadero de Rosal de la Frontera dio las gracias a la afición de Cortegana, no
sólo por el descubrimiento de este azulejo, sino por pedir aquella tarde de
comienzos de septiembre el indulto para Laborioso. "Gracias a vuestra petición y a la decisión del palco, se puso de
manifiesto otra vez que el toro bravo es un animal diferente, respetado y
admirado por quienes le conocemos y convivimos con él. Y con indultos como el
de Laborioso, se sitúa al toro en un nivel de superioridad con respecto a otros
animales y la relación que los hombres entablamos con él", ahondó
Pereda. Ya en el plano más personal, José Luis agradeció a Cortegana que "me hayáis ayudado a hacer mejor mi
ganadería al poder conservar un toro tan bravo y con tanta clase como tuvo
Laborioso".
Tanto el alcalde de Cortegana, José Enrique Borrallo, como los
representantes del equipo gubernativo de su plaza de toros destacaron que la
del 7 de septiembre fue "una tarde
inolvidable con un culmen que fue la bravura del toro de Pereda, la faena de
Daniel Luque y, como consecuencia, su indulto. Puede que fuera la primera vez
que muchos aficionados y espectadores en general asistieran in situ al perdón
de la vida de un toro. Y las emociones que produce ser testigo de algo así en
la plaza son las que legitiman para siempre la vigencia del toreo como arte y
como cultura de vida", apuntó el primer edil serrano.
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